martes, 22 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: cabecera del Suscuaja

Recorremos en esta ruta la cabecera de este humilde río entre cuidadas praderías. En todo caso el mayor valor del trayecto son  las espectaculares y poco conocidas vistas de la franja central de Cantabria.

Dificultad: Alta
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y 15 kilómetros

Situación.

La ruta comienza desde el interesante pueblo de Esles de Cayón. Para llegar a este lugar tomaremos la A-8 en dirección a Bilbao hasta la salida en dirección a Sarón. Siguiendo las señalizaciones llegaremos a este pueblo, el cual atravesamos enlazando con Santa María de Cayón. Al final de los edificios encontramos el desvío que en unos 6 kilómetros adicionales nos lleva a Esles.

Puntos de Interés

Casonas y palacios de Esles. Prados. Vistas sobre los principales paisajes de la zona.

Descripción de la Ruta 

Merece la pena dedicar un rato a ver los palacios y casonas del interesante pueblo de Esles. Para empezar a andar tomaremos como referencia el punto en el que se unen las tres carreteras que llega al pueblo. Aquí encontramos una pequeña capilla. Una vez junto a la misma la bordeamos por la izquierda, pasando junto a unos contenedores y tomando la calle que sigue a continuación.

De este modo salimos pronto del pueblo, pasando junto a una fuente con pilón. Empezamos a ascender entre cuidados prados dejando atrás algunas casas-granja. En los cruces de esta primera parte elegiremos la carretera ascendente y la que se encuentra en mejor estado. De este modo ignoraremos un primer ramal a la derecha y luego varios a la izquierda. Mientras tanto tendremos vistas cada vez más amplias del valle de Esles, cerrado al fondo por la sierra de Caballar.

Tras los cruces indicados entramos en el pequeño pero interesante hayedo de Esles. Está formado por hayas y robles un tanto dispersas pero robustos. Pronto dejamos atrás un nuevo cruce a la derecha y, justo en el punto en el que la carretera vuelve a salir del bosque, encontramos un camino en mal estado pero bastante marcado en el lado derecho. Tomando el mismo ascendemos de nuevo rodeados de árboles.

Pasado un tramo salimos definitivamente del bosque mientras que a la derecha empezamos a tener unas vistas cada vez más amplias de todo el valle del Pisueña. Esles aparece cada vez más abajo. Pronto llegamos a una nueva pista asfaltada, pero nosotros tomamos un camino que surge inmediatamente a nuestra izquierda. Pasamos por una zona de pinos de repoblación bastantes dispersos. Por aquí los prados están en un estado más descuidado y apenas se ven algunas cabañas.

Pronto observamos la cabecera del Suscuaja, en la que se echan en falta arbolado autóctono. Apenas se ven algunos pinos en el mismo cauce. Por encima de los mismos se encuentran unas lomas cubiertas de prados de montaña. El camino sigue ascendiendo más y más, a lo lejos ya se observa claramente la franja costera y los montes que cierran Cantabria por el sur.

Tras dos cambios de dirección, en los que el camino va empeorando cada vez más llegamos a un collado en donde se observan ya las cumbres que rodean a Castro Valnera. En este punto bordeamos una loma más empinada y llegamos a un nuevo cruce en donde seguimos por el sendero de la derecha, el más marcado. Una nueva curva nos lleva por fin al cordal que separa el valle del Pisueña del valle del Miera. El valle del Miera muestra una geología mucho más marcada. En primer plano observamos el macizo de las Enguinzas, mientras que a lo lejos vemos las grandes cimas: Porracolina, Picón del Fraile y Castro Valnera.

Para continuar subimos a la loma del lado izquierdo, el Somo de Noja, que en realidad se compone de dos cimas consecutivas. Aquí estamos a 840 metros de altitud, 600 por encima de nuestro punto de partida. Desde la segunda cima se observa mejor la franja costera. Se identifica claramente Peña Cabarga, a cuyos lados se observa una parte de Santander, la península de la Magdalena y la playa del Puntal. A lo lejos vemos otros paisajes como Santoña y el Monte Buciero.

Empezamos a descender mientras observamos a nuestra derecha dos pequeñas presas conocidas como Los Pozos de Noja. El nuevo camino desciende por una primera arista, pero tomaremos un primer cruce hacia la izquierda. Al poco seleccionaremos una segunda opción de descenso, hacia el lado derecho, por una rampa considerablemente empinada que deberemos bajar con mucha precaución.

Pasado este primer tramo el descenso es mucho más cómodo y moderado. A nuestra derecha vemos el amplio caserío de Liérganes. Al poco llegamos a una zona de cabañas de corte rústico, en realidad estamos en la zona más norteña de todo el poblamiento pasiego. Superamos una primera portilla ganadera y al poco tomamos un nuevo desvío a la izquierda. El sendero se une a un camino más marcado, mientras que el pueblo que vemos ahora más cercano es el de Los Llanos. Muy cerca observamos una alta torre meteorológica.

Pasamos una segunda portilla. Al otro lado de la misma buscamos el camino que se dirige más directamente a la torre. Desde la misma el camino mejora claramente y se dirige a una plantación de eucaliptos (tan cerca de la costa era difícil liberarse de los mismos). Tras un tramo de descenso en el que trazamos varias curvas llegamos a un cruce. Hacia la izquierda probablemente haya un descenso más directo a Esles, pero nosotros seguimos hacia la derecha.

Al poco llegamos a una carretera asfaltada. A la derecha seguiría el recorrido oficial descendiendo hasta Lloreda, pero nosotros decidimos recortar siguiendo hacia la izquierda. Así descendemos entre casas sueltas y prados muy cuidados mientras observamos no muy lejos el pueblo citado y, más de frente, una loma suave en donde se encuentra la ermita de San Vicente. En la parte final del descenso enlazamos hacia la izquierda con otra pista ya junto al curso del rio Suscuaja (también llamado Parayas). Si hubiéramos llegado hasta Lloreda enlazaríamos en este punto.

Seguimos esta pista que acaba repentinamente junto a una valla y una casa. Tras meditarlo un poco decidimos pasar la valla y seguir el recorrido por un prado hasta alcanzar el río (en este momento completamente seco). Al otro lado nace un camino que al poco desemboca en otro que seguimos hacia la derecha. Se asciende un poco hasta llegar a una nueva carretera. Tomamos la misma hacia la derecha y ya sólo nos queda seguirla unos minutos hasta llegar al pueblo de Esles.

Comentarios


El recorrido se corresponde básicamente con el sendero de pequeño recorrido PR-S-58, pero recortando el tramo de aproximación hasta Lloreda. El paso “delicado” del final de la ruta sólo se podría evitar recorriendo el tramo entre Lloreda y Esles por carretera con su correspondiente puertecito. Otra alternativa sería descender a Esles desde el cruce que aparece al terminar el bosquete de eucaliptos. Consultada la cartografía parece haber un camino bastante definido.

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)



Vídeo con fotos de la ruta (en la mitad contiene un enlace hacia un vídeo panorámico)




viernes, 11 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: Ruta de los Puentes

Al otro lado del Monte Aá se encuentra el precioso bosque de Monte Rio los Vados. Una de las principales ruta que los recorre esta "de los puentes; sin pendientes especialmente duras y con sendas muy definidas.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Muy Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y cuarto  y 16  km

Situación

Desde Santander se toma la A-8 en dirección a Oviedo. Tomamos la salida de Villanueva de la Peña y seguimos hacia este pueblo cruzando el rio Saja. Cubrimos los 5 km que nos separan del puente de Santa Lucía atravesando el municipio de Mazcuerras. Ya en este puente seguimos la carretera que remonta el Saja y uy pronto llegamos a la indicación de la raqueta que nos permite desviarnos a Ucieda. Atravesamos los dos barrios de este pueblo y seguimos por la carretera que remonta el curso del rio Bayones hasta entrar en el precioso bosque de Monte Rio Los Vados. Dejamos el coche en las cercanías de la Casa del Monte, junto a una pequeña explanada.

Puntos de Interés

Bosques de robles y hayas. Vistas de los valles del Monte rio Los Vados. Arroyos y puentes rústicos que los atraviesan.

Descripción de la Ruta

Empezamos a caminar en un paraje muy frecuentado por excursionistas, junto a robustos árboles, el cantar del río y unas cuantas mesas para el almuerzo. La pista por la que avanzamos continúa asfaltada unos cientos de metros y pasa a convertirse en un amplio camino. Pasados unos 500 metros llegamos a una marcada bifurcación. Seguimos hacia la derecha, cruzando el río y tomando una nueva pista que aún conserva restos de un antiguo asfaltado.

Empezamos así un prolongado ascenso que nos llevará desde los 250 de altitud a los 550 metros, aproximadamente. Las diversas revueltas nos permiten contemplar diversas perspectivas de este bosque, en algunos puntos con un aspecto panorámico. Tras algo más de dos kilómetros y a unos 400 metros de altitud llegamos a una zona más despejada mientras seguimos ganando altura. Al poco notamos como cambiamos de vallejo mientras nos internamos de nuevo en el bosque. Ignoramos una pista que desciende por nuestra derecha y seguimos ascendiendo. Tras un par de curvas adicionales hemos de buscar el sendero, bastante bien marcado, que nace hacia la izquierda.

El avance por el sendero nos permite tener una sensación de contacto más directo con el monte. Durante la mayor parte del recorrido continuaremos por un sendero muy similar, sin grandes oscilaciones de altitud pero con un avance algo incómodo debido a la irregularidad del terreno. Tras un breve tramo por el bosque salimos a la cabecera de un pequeño valle, la cual recorreremos de manera completa. Pronto descubriremos el porqué del nombre de la ruta, pues existen numerosos puentes rústicos para salvar los diferentes arroyos e irregularidades del terreno. En la parte central de la cabecera encontraremos un pequeño ramal para acercarnos al “roble tumbado”, un descomunal ejemplar que pese a haber caído sigue vivo.

El regreso por la parte oriental del vallejo se produce por una zona con menor arbolado, pero pronto el sendero gira para buscar un nuevo valle, en este caso el principal de todo el monte, el formado por el río Bayones. El avance hasta el final del mismo es largo pero disfrutando de más y más estampas del bosque. Superado el puente principal volvemos por el otro lado del valle, de nuevo en dirección norte y de nuevo con menos arbolado.

A partir de aquí tenemos diversos cambios de dirección siguiendo las canales formadas por los diferentes arroyos, lo cuales superamos con ayuda de sus correspondientes puentes. En un momento dado pasamos junto a un robusto ejemplar de haya, catalogado dentro del listado de árboles singulares de Cantabria. Tras superar una zona algo más abierta y con mejores perspectivas acabamos desembocando en una amplia pista que tomamos hacia la izquierda, en su descenso. Desde aquí nos quedan unos 3 kilómetros de avance hasta la zona de esparcimiento en donde dejamos nuestro vehículo. Este último tramo coincide con el de la ruta del Haya Corba, ya descrita hace tiempo en este blog.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-111. En el momento de realizar esta ruta se encuentra muy bien señalizado y además no hay muchos cruces y el sendero principal es muy evidente. De hecho, de ello se deriva un problema secundario, y es que por la zona se realizan carreras de montaña lo cual conduce al desgaste de la senda, con varias zonas resbaladizas y embarradas. En todo caso nada insuperable (en un punto encontré un árbol caído que exigía un esfuerzo algo mayor).

Podemos acortar la ruta aproximadamente un kilómetro (entre ida y vuelta) llevando nuestro vehículo hasta el cruce principal. No obstante no tengo claro hasta que punto esto está permitido y ello nos impide realizar el calentamiento previo antes de afrontar las primeras rampas.

Evidentemente, el lugar es adecuado para realizar una comida campestre al final de la ruta, si bien en determinadas épocas puede resultar complicado encontrar espacio.

Track de la ruta (pinchar en el círculo verde para acceder a más información)



Vídeo con imágenes del recorrido

martes, 1 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: El monte AÁ

Aparte de alguna ruta costera que os he mostrado en los artículos anteriores, este año he podido realizar unas pocas rutas senderistas que os iré describiendo en las próximas semanas; espero que os gusten.

Pese al secular proceso de deforestación y alteración que han sufrido las comarcas más cercanas a la costa cántabra, aún existen muchos ejemplos extraordinarios de bosque autóctono, bastantes de los cuales ya han aparecido en este blog. Uno de los más interesantes es el monte Aá, en el municipio de Ruente, caracterizado por la robustez de sus ejemplares. Además el recorrido por el monte Aá nos da acceso a la sierra del Escudo de Cabuérniga, un interesante balcón sobre la costa occidental.

Dificultad: Alta
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 5 horas y 21 km

Situación.

Desde Santander se toma la A-8 en dirección a Oviedo. Tomamos la salida de Villanueva de la Peña y seguimos hacia este pueblo cruzando el rio Saja. Cubrimos los 5 km que nos separan del puente de Santa Lucía atravesando el municipio de Mazcuerras. Ya en este puente seguimos la carretera que remonta el Saja y pronto llegamos a Ruente. Tomamos el camino que surge justo después de dejar detrás el pueblo. En sus primeros metros está asfaltado. Dejamos el coche precisamente cuando termina el asfalto, justo después de cruzar el arroyo de Monte Aá.




Puntos de Interés

Arroyo de Monte Aá. Bosques caducifolios. Vistas del municipio de Ruente y la costa occidental.

Descripción de la Ruta

Desde el lugar indicado nacen tres caminos. Tomamos el de más a la izquierda, el más cercano al arroyo que será nuestra referencia en la primera parte del recorrido. Avanzamos en ascenso muy suave por una amplia pista bordeando prados y cabañas más o menos modificadas.

Rechazando todas las derivaciones pronto entramos en una zona de puentes que atraviesan el bello arroyo. En esta zona ignoramos un camino muy amplio que asciende por la ladera izquierda. A partir de aquí la sensación de bosque va aumentando, con un arbolado variado en donde los robles llevan la nota predominante.

Hacia el kilómetro 2 y medio la pendiente va aumentando y pronto llegamos a una primera revuelta (ignoramos un camino secundario que sigue el río) y nos vamos alejando del cauce. Una serie de curvas nos permiten ganar altura sin demasiadas dificultades tras lo cual tenemos un largo tramo hacia el noreste.

Entramos en una zona de árboles especialmente robustos, y precisamente en la revuelta que da fin a este tramo existe una derivación por un evocador sendero de unos 500 metros que nos conduce a un espectacular roble de 12 metros de perímetro en la base. Muy cerca encontramos el haya “el jabalí” y otro antiguo roble aún más emblemático, el Roble Cubilón. Se trataba de un inmenso roble, probablemente milenario, de 15 metros de perímetro en la cepa. Hasta finales de los años 80 permaneció en pie, con su tronco totalmente hueco. Se dice que en su interior cabían dos vacas tudancas y que su fama era tal que Napoleón llevaba una bellota suya engarzada en oro.

De regreso a la pista (también se puede dejar la derivación para el regreso) seguimos avanzando en un largo tramo en el que la pendiente se suaviza hasta casi desaparecer. Este tramo termina en un cruce en el que se ha de seguir hacia la derecha, dejando la pista principal, aunque el que seguimos sigue estando perfectamente definido. Desde aquí comienza la parte más empinada del ascenso, con un largo tramo que se hace especialmente duro.

Tras el fin de la tortura vemos que el arbolado se va haciendo cada vez menos espeso hasta finalmente desaparecer. Con ello podemos disfrutar de muy buenas vistas del bosque recorrido y de todo el valle del Saja. Continuamos en todo caso ascendiendo hasta llegar a un pequeño rodal donde encontramos otro cruce donde volvemos a desviarnos, esta vez hacia la izquierda. Ello nos permite seguir ascendiendo por la ladera hacia una línea cimera que ya se intuye cercana.

Recorremos el último tramo de camino hasta llegar a un vallado, ya en el cordal de la sierra del Escudo de Cabuérniga. Lo superamos gracias a una escalera destinada a tal efecto y giramos hacia la derecha. Seguimos el cordal, lo cual se hace algo dificultoso debido a las rocas existentes y a un suelo con alto contenido en turba.

Nuestro objetivo es un pico marcado con una cruz. En este tramo tenemos unas vistas muy buenas de la costa occidental, en la que destaca la ría de San Vicente. Lamentablemente el día que yo lo realicé la niebla empezaba a descender y las fotos no quedaron bien. Una vez completada la ascensión, no queda más que afrontar el regreso por el mismo camino.

Comentarios

 Ruta relativamente dura por su longitud y sus 650 metros de desnivel principal. El caminar por pista clara y en general con poco desnivel la hace más llevadera. Por otro lado, con un coche normal podemos avanzar bastante por la pista inicial.

La excursión se puede limitar al acceso a la zona de los árboles singulares, a unos 500 metros de altitud, con lo que se queda en unos 11 kilómetros (ida y vuelta). También se puede volver por otra pista que recorre el otro lado del valle. De hecho este recorrido alternativo es utilizado con frecuencia por los aficionados a la bici de montaña.

Descarga esta descripción en pdf

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para acceder a más información)



Vídeo con imágenes del recorrido