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martes, 30 de octubre de 2012

Ruta de senderismo: Monte Cincho

Corto pero duro ascenso a este monte cubierto de espeso encinar cantábrico y con buenas vistas de la costa oriental. Existe la tradición de colocar cada 50 años una nueva cruz en lo alto. Esta tradición se remonta  a 1763 y simboliza el deslinde de los territorios de Arnuero y Soano.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Normal
Distancia y tiempo: 4 kilómetros y 1 hora y cuarto.
 




Situación.
Saldremos de Santander por la A-8 en dirección a Bilbao. Pasado Solares buscamos la carretera que conduce a Galizano. Desde aquí tomamos la carretera paralela a la costa que tras pasar junto a Ajo y su ría llega a la derivación que conduce a Isla. A la altura del kilómetro 1 encontramos una desviación hacia la derecha. Dejamos el vehículo en este entorno.

Puntos de Interés

Encinar cantábrico. Vistas desde la cima.

Descripción de la Ruta

Tomamos la calle que asciende perpendicular a la carretera ascendiendo un poco. A cabo de unos 20 metros encontramos un sendero que asciende a la izquierda de esta calle. Al principio caminamos entre vallados y durante un instante podemos ver el caserío de Isla y su gran iglesia parroquial. Desde este punto empezamos un fuerte ascenso por un bosquete de carrasca y madroño; entre otras especies. Hemos de tomar frecuentes descansos para afrontar el desnivel.

Finalmente la pendiente se suaviza y entramos en una franja de bosque especialmente tupido, con aspecto casi selvático, si bien el sendero está muy definido. Tras llanear un poco hemos de prestar un poco de atención para no perder el sendero principal, que vuelve a ascender hacia la izquierda en detrimento de otra senda que sigue recta. Al cabo de unos instantes volvemos a llanear y casi nos topamos con la torre de observación a la que se puede ascender.

Desde aquí tenemos unas estupendas vistas de buena parte del oriente costero, especialmente de la costa entre Noja e Isla. Tras descender continuamos por el sendero que continúa por la espesura. Empezamos a descender de forma brusca hasta llegar a un área de descanso con unas mesas. Continuamos por el sendero que traíamos hasta llegar al asfalto. En el primer cruce giramos hacia la derecha. Llaneando llegamos hasta la voluminosa iglesia de Arnuero. Tomamos la calle que pasa junto a la torre y seguimos por la misma sin cambiar de dirección ascendiendo un poco. En unos minutos llegamos a la zona donde dejamos el coche.

Presentación con las fotos de la ruta.
 

martes, 23 de octubre de 2012

Ruta de senderismo: costa de Arnuero

Sencilla ruta por esta costa que combina paisajes de acantilado y playa, así como amplias panorámicas de la costa oriental cántabra.
 
Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Distancia y tiempo: 9 kilómetros y 2 horas y cuarto.

Situación.

Saldremos de Santander por la A-8 en dirección a Bilbao. Pasado Solares buscamos la carretera que conduce a Galizano. Desde aquí tomamos la carretera paralela a la costa que tras pasar junto a Ajo y su ría llega a la derivación que conduce a Isla. Desde este último lugar buscaremos la derivación que conduce a Quejo o Isla-Playa.
 
 
Puntos de Interés

Vistas de las Playas y Acantilados. Vistas Panorámicas. Palacio de Isla.

Descripción de la Ruta

Tomamos como referencia la playa de El Sable de Arnuero. Empezamos a andar por pistas asfaltadas en dirección contraria a la playa ganando un poco de altura en dirección al barrio de Argumoso y evitando llegar al camping. Empezamos a andar en sentido oeste entre una mezcla de chalets, arquitectura popular y otra más anodina tan característica de la franja costera de Cantabria.

Intentamos seguir la calle principal evitando derivaciones. Pasamos por el barrio de Gracedo y tras pasar por una zona menos urbanizada vemos ya las edificaciones de Isla entre las que destaca la iglesia y el palacio de los Condes de Isla. Cuando llegamos al muro delimitador del mismo podemos explorar el pueblo, que tiene un casco antiguo de cierto interés, pero hoy optamos por seguirlo hacia la derecha en dirección a la playa de la Arena.

Ganamos un poco de altura y seguimos la nueva pista en dirección noroeste evitando de nuevo las derivaciones. Llegamos a un punto más elevado en el que ya vemos la costa y empezamos a descender bruscamente. Frente a nosotros vemos la ría y el cabo de Ajo en el que se distingue su faro. En este tramo el tráfico es algo más intenso con lo que deberemos tener un poco más de cuidado.
Casi al final del descenso llegamos a las inmediaciones de un camping. Al llegar a la altura del seto que lo limita vemos un camino que nace por la izquierda. Bordeamos el seto del camping y giramos hacia la izquierda cruzando una pequeña finca particular. En unos instantes entramos en un bosque Cantábrico por el que serpentea un estrecho pero marcado sendero. Buscando en los cruces la opción izquierda llegamos a un punto desde el que se tiene una bonita vista de la playa de La Arena y la ría de Ajo. Retrocediendo unos metros al último cruce seguimos ascendiendo suavemente entre el cerrado bosquete. Al poco dejamos los árboles detrás y llegamos a las vistas de la costa más accidentada. A nuestra izquierda volvemos a ver los acantilados del cabo de Ajo y a la izquierda un área de rocas erosionadas.



Empezamos a andar por el típico sendero que bordea la costa. Superamos una valla ganadera gracias a una escalera a tal efecto (desde este punto tenemos una señalización algo parca). Vamos ganando altura con vistas a la punta cueva Colina. Una derivación permite bajar a la misma, donde existe un punto de observación de aves marinas. Con un poco de esfuerzo llegamos Coto Aro ,a 136 mts, con unas excepcionales vistas de buena parte de la costa: Llega a intuirse Santander y su faro; y hacia el este unos profundos acantilados. También podemos vislumbrar algunos de los principales relieves del interior de Cantabria.
Continuamos por sendero llegamos a la vera de los acantilados indicados. El sendero se trasforma por unos momentos en un camino pero justo cuando gira hacia el interior y asciende bruscamente encontramos a la izquierda la continuación del sendero. Andamos ahora por un sendero más ancho mientras que se suceden diversos rincones marinos. Empezamos a ascender de nuevo hacia la punta de cabo Quejo, donde existen los restos de una edificación. Se ve desde aquí un buen tramo de la costa Oriental que antes no veíamos: Montes Buciero y Candina, costa de Noja etc.

Desde aquí giramos claramente hacia el sur y ascendemos algo más. Pasamos cerca de una torre de Telecomunicación que también nos concede buenas vistas hacia las Marismas de Noja. Seguimos por el sendero de la costa por un descenso brusco que afrontamos con precaución. Llegamos a una depuradora y desde allí al camping. Desde aquí es fácil alcanzar el punto desde donde iniciamos el recorrido.

Comentarios

Ruta sencilla salvo por los empinados ascensos. Hay que tener precaución al principio al caminar por pistas de asfalto y luego con los tropezones y resbalones en la zona cercana a los acantilados. A toro pasado creo que merece la pena acercarse a las antenas ya que probablemente se vea mejor la zona de marismas.


Track de la ruta



Presentación con fotos del recorrido
 

martes, 2 de octubre de 2012

Oriñón y Sonabia

Hace ya unos meses decidí acercarme brevemente a este rincón de la costa cántabra. Esta es la playa de Oriñón. Al parecer por aquí se crían unas cebollas muy buenas (lo de las mejores del mundo me parece ya un poco pretencioso).


Esta es la playa de Sonabia.


Otra perpectiva. En el ángulo superior izuquierdo se aprecia uno de los Ojos del Diablo (ya los vimos de cerca en esta otra ocasión). Al fondo el Buciero. Aunque no se aprecia en la imagen, existe una arriesgada senda que transita por la ladera herbosa en dirección al Valle de Liendo.


Aquí se aprecia mejor el monte Buciero.



Perspectiva con la roca conocida como la "ballena de Sonabia" al fondo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Via Verde del Piquillo

Hoy para cambiar un poco el tono os acerco unas imágenes de este sencillo paseo preparado sobre el trazado de una antiguo ferrocarril minero. Localizar el acceso es tal vez lo más complicado. Siguiendo la A-8 en dirección Bilbao, y tras superar Castro-Urdiales, tomamos la salida de Ontón. Recorremos el caserío a lo largo de la antigua N-634 y poco después de dejar atrás las últimas casas tomamos la pista que nos deja en un aparcamiento junto a los restos de las antiguas instalaciones de carga de mineral (ver la opción "ubicación" del final de este artículo".

Desde aquí son unos 3 kilómetros muy sencillos entre ida y vuelta, hasta el límite con el País Vasco. Paisaje de costa y acantilados incluyendo un pequeño túnel. Hay que tomar unas mínimas precauciones.




lunes, 8 de noviembre de 2010

Castro Urdiales

Hace bastante tiempo os puse unas fotos un tanto aceleradas de Castro Urdiales. Hoy os traigo unas imágenes con algo más de calma. El desconocedor del lugar se puede llevar una impresión algo equivocada, pues este núcleo, salvo en la franja costera tiene un perfil urbano de lo más común.

Puerto deportivo y al fondo la iglesia y el castillo-faro.

Castillo de Ocharán, de época modernista, que al parecer está rodeado de un interesante jardín vetado a los mortales (en algún sitio leí que se podiá visitar, pero no descubrí nada al respecto).
Palacio de Ocharán o de Toki-Eder, relacionado con el anterior.


Playa de Ostende, creada artificialmente.

Ayuntamiento.


Puente Medieval e Iglesia de la Asunción; probablemente el mejor ejemplo del gótico en Cantabria.


La Casa de los Chelines.


Otra perspectiva del Puerto Deportivo, desde el final del rompeolas. Al fondo vemos el perfil semiesférico de la cima del Cerredo (aquí la ruta de ascenso al mismo)


miércoles, 19 de mayo de 2010

Isla

Isla presenta un entramado urbano de cierto interés, siendo lo más destacado el palacio de los Condes de Isla.

Pero lo que más atrae a la gente es su costa, ubicada en la zona conocida como Isla Playa. Estamos ante un caso muy habitual en Cantabria, un entorno precioso parcialmente devaluado por el poco control urbanístico.



En esta última imagen, podemos ver enfrente las playas de Noja.

martes, 18 de mayo de 2010

Playa y Cabo de Ajo

"Como decíamos ayer...". Bueno, en realidad han sido algo más de cuatro meses de silencio de este panorama fundamentalmente fotográfico de muchos rincones de Cantabria. El tiempo y las obligaciones me han impedido retomar antes estas entradas, pero a día de hoy ya tengo recopilados unos cuantos lugares y espero tener unos cuantos más aprovechando la mejora meteorológica.
Y para comenzar traeré algunos lugares que se habían quedado colgando de la zona oriental sin que, desde luego, pueda decir que ya está todo visto. El primero unas fotos del entorno del cabo de Ajo y de playa de Ajo o Cuberris.
Esta última playa ha estado en la prensa no hace mucho por el derribo de un popular chiringuito. Una de las escasísimas acciones de demolición en favor del cumplimiento de la Ley de Costas en Cantabria y desde luego no la más necesaria.

viernes, 2 de octubre de 2009

Ruta de senderismo: Circular al monte Cerredo

Ascendemos hoy a la tercera de las cumbres emblemáticas de la costa oriental. La más alta aunque probablemente la menos conocida. Vayan de antemano mis disculpas por la poca definición de las fotos, pero no siempre se puede escoger el día...


Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Difícil
Belleza: Normal
Tiempo: 4 horas (11 kilómetros)


Situación.
Llegaremos circulando por la A-8 hasta la salida la salida, Islares/Cerdigo, seguir por la N-634 en dirección Castro Urdiales, se alcanza Allendelagua en unos 3 km, debiendo pasar por debajo de la autovía para acceder a dicho pueblo.

Puntos de Interés

Vistas sobre el mar y Castro Urdiales. Vistas sobre la Cordillera y el Candina.

Descripción de la Ruta
Estamos ante la ascensión de unos de los tres montes emblematicos (junto con el Candina y Buciero) de la costa oriental cántabra, si bien este es el más alto (casi 650 metros) y por ello el ofrece panorámicas más extensas, especialmente sobre los otros y sobre las montañas del interior. A ello hay que sumar el hecho de que esté a poco más de 1 km en línea recta de la costa (600 metros por debajo).

Aparcamos el coche en Allendelagua (es mejor no complicarse y dejarlo a la entrada, donde hay un cartel descriptivo de la ruta) y tomamos la calle principal, con cierta tendencia a la derecha y que podremos identificar por un cartel de calle sin salida situado a mitad de la misma.

Unos 100 metros después de dicho cartel, acabadas las casas, nos encontramos un cartel que nos insta a empezar la ascensión por una empinada loma que aparece a nuestra izquierda, tras una valla. Accedemos a esta loma, de perfil calizo y ocupado por ovejas y ascendemos por la misma sin referencias claras (en todo caso unas rocas algo más marcadas a nuestra derecha, que deberemos dejar en todo momento a unos 50 metros de distancia).
Tras unos 200 metros de importante ascenso llegamos a una pequeña dolina, acompañados de un encinar bastante abierto. Tras superar la dolina nos cruzamos con un camino más marcado. Desde aquí tenemos dos opciones: si giramos hacia la izquierda podremos acercarnos hacia la peña en la que se encuentran los restos del castillo de San Antón, y desde los que se divisan unas amplias panorámicas de Castro Urdiales, desde aquí deberemos retroceder un poco y tomar un nuevo camino que asciende por el monte. Si no nos interesa la anterior opción, podemos ganar tiempo tomando una senda que aparece enfrente nuestro, al otro lado del camino.

En cualquiera de las dos opciones terminamos en un camino que asciende casi de espaldas al mar. Poco después se nos incorpora otro camino por la derecha (que también asciende desde Allendelagua) y en seguida tomaremos otra senda que hacia la derecha asciende decidida hacia lo alto del monte. El paisaje que nos acompaña es de amplias brañas.

Rechazando todos los caminos, incluso aquellos que parecen más importantes, que nos hagan cambiar de dirección, alcanzamos desde la senda un camino de mucha mayor entidad que asciende hacia lo alto de una torre de telecomunicaciones, dejando a la izquierda un pinar.

Tras un recorrido de aproximadamente un kilómetro por este nuevo camino vemos que desde el mismo nace una empinada senda que ataca decididamente el acceso al repetidor. Desde aquí lo ideal es descubrir, apenas unos 100 metros antes de este camino, una senda que nace transversalmente a la derecha y que nos conduce, por la parte inferior de unos pinos aislados, hasta la base del macizo calizo del Cerredo. Si no logramos identificar esta senda, podemos ascender hasta las cercanías de la torre de Telecomunicaciones, girar hacia la derecha y tomar el cordal que nos lleva también a la base del Cerredo. Esta segunda opción es más fácil de identificar, pero nos obliga a hacer algunos metros más de recorrido y de ascensión.

Una vez en la base de la mole del Cerredo, debemos prestar atención para identificar la forma más fácil de ascender, que no es tan fácil como parece. Por lo que pude ver, una opción plausible es bordearlo hasta situarse en la vertiente este/sureste, desde aquí podremos afrontar la primera parte de la ascensión todavía entre praderías. Con un poco de atención podremos identificar los montoncitos de piedras y señales de pintura amarilla y roja que nos ayudarán a localizar la forma de ascender los últimos metros.
Desde el alto, ocupado por un vértice geodésico y varios buzones montañeros, tenemos unas vistas espléndidas en los 360 grados: el Candina, el mar, Castro-Urdiales y los valles y montañas orientales.

La opción más sencilla para el regreso es sin duda desandar lo andado, pero es factible realizar una ruta circular con ciertos riesgos de desorientación y, si se pierde el sendero, de obligación de andar entre espinosos y altos brezos. En todo caso trato de dar unas pautas para el regreso.

Volvemos al punto en el que hemos afrontado el ascenso a la mole final del Cerredo. Vemos a nuestra izquierda y unas decenas de metros por debajo, una gran peña separada del macizo principal y lo que parece ser una el final de una senda que pasa por su parte superior a la otra vertiente. Tomando como referencia este punto, desdendemos un poco más hasta encontrar la senda que hacia la izquierda conduce a este lugar.

Cuando nos encontramos a apenas unas decenas de metros del punto (podemos acercarnos al mismo en busca de nuevas panorámicas del mar) hemos de descubrir una nueva senda que desciende hacia la derecha. Tomamos la misma intentando no perderla aunque nos será un tanto complicado. Como orientación indicaré que realiza varios giros de manera que no se separa del todo de la peña.

Si hemos seguido la senda correcta, esta parece terminar a la altura de una cabaña en ruinas, muy cercana al límite inferior de la roca y junto a una pequeña mancha de robles y hayas. Unas decenas de metros por debajo vemos otra cabaña en ruinas. Tomando como referencia esta última, nos separamos definitivamente de la peña de modo que alcancemos la senda que en la horizontal de la cabaña parece dirigirse a la parte superior de una eucaliptal que aún está un tanto alejado.

Alcanzamos una vaguada por la que discurren dos pequeños cursos de agua. Evitando tomar la senda que desciende hacemos el arco completo de la vaguada siguiendo la senda sin perder altura. Debemos evitar perder la senda pues aquí los arbustos espinosos son tal altos como nosotros.

Cruzamos consecutivamente los dos cursos de agua (en el segundo podremos observar arbolado autóctono compuesto de castaños, abedules, avellanos…) y seguimos avanzando sin variar apenas de altura. Tras cruzar varios arroyos y una última vaguada el camino se hace algo más ancho y los brezos dejan definitivamente de ser un problema.

Al poco alcanzamos un prado completamente cercado. Tras cruzar la segunda portilla, al final del prado, abandonamos el camino más ancho para tomar una senda que continúa por la misma dirección que traíamos, ya en claro descenso.

Apenas 100 metros después llegamos a un cruce de dos caminos relativamente anchos. En lugar de tomar cualquiera de ellos, seguimos en la misma dirección por el prado situado al otro lado de los caminos. En este nuevo prado deberemos aproximarnos a los eucaliptos que crecen a nuestra derecha, para tomar el camino que primero va junto a ellos y que luego bruscamente gira a la derecha para internarse entre los mismos.

Seguiremos siempre la senda principal (en no muy buen estado) en su descenso (en un punto, aproximadamente 1 km después de tomar el camino, deberemos tomar un camino paralelo algo más marcado) hasta llegar a una pradera abierta desde la que se contempla muy cerca el mar. En lugar de progresar por la misma seguimos al camino en un nuevo giro a la derecha. El camino continúa su descenso en zig-zags entre eucaliptos y por momentos parece que va a desaparecer pero al poco salimos del bosque junto a las primeras construcciones de Allendelagua y muy cerca del punto donde iniciamos el recorrido.

Comentarios

Si no tienes GPS o no te puedes descargar la ruta (u otra equivalente) recomiendo no realizar el recorrido circular, y no hacerlo de ninguna manera con niebla ya que es muy fácil la desorientación.

Por el contrario, con receptor GPS es muy fácil subir por el camino “estandar” y puedes intentar el recorrido circular. En el track que he cargado hay alguna parte en la que me equivoqué de rumbo pero es al 90% el correcto.

Aparte de lo anterior, la ruta tiene cierta dificultad por el desnivel a superar (casi 600 metros) y porque perder la senda penaliza en muchos casos con un penoso avance entre rocas o arbustos espinosos.



jueves, 1 de octubre de 2009

El mirador de Saltacaballos y el cargador de mineral de Dicido

En el confín oriental de Cantabria, siguiendo la antigua carretera nacional, nos encontramos con este mirador de saltacaballos que se eleva más de 100 metros sobre el mar.Desde este punto y mirando hacia el oeste (dirección hacia la que está hecha la foto), veremos la original estampa de cargador de mineral de Dícido, una antigua grúa que daba servicio a unas minas que existían en la zona.


Aunque existe una senda para aproximarse hasta el cargador, cuando yo visité la zona (junio de este año), el paso se encontraba cerrado por obras de acondicionamiento.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Castro-Urdiales

Unas pocas imágenes de mi visita relámpago a Castro-Urdiales.

El Puerto, el castillo y la Iglesia...
...la playa...
...y un palacio.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Ruta de senderismo: Monte Candina

El macizo del Candina destaca por su cercanía al mar y por las formaciones calcáreas, cubiertas de lapiaces y dolinas. Pero la mayor peculiaridad radica en que dispone de las únicas buitreras situadas directamente sobre el mar, al estar los farallones rocosos directamente situados sobre el mismo. Lo escarpado del monte le hace parecer más alto de lo que es en realidad, ya que con sus 470 metros es sensiblemente más bajo que el cercano monte Cerredo (más de 600 metros).
Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media
Belleza: Normal
Tiempo: 3,5 horas (7 KM)

Situación.
Por la autovía A-8 dirección Bilbao. Tras pasar las salidas a Laredo, y ya en el macizo del Monte Candina, tendremos la salida a Oriñón-Liendo (km 164). Seguimos un par de kilómetros por la carretera vieja y vemos un espacio a nuestra carretera cuyo origen está en un antiguo tramo de carretera y habilitado como lugar de aparcamiento.

Puntos de Interés
Macizo del Candina. Hoyas. Alto Candina. Vistas sobre el mar. Los Ojos del Diablo. Buitreras.

Descripción de la Ruta
Desde este lugar de aparcamiento, más bien al final del mismo, hemos de identificar una senda que se introduce en la espesura de helechos con orientación perpendicular a la carretera, y que asciende de forma decidida por la vaguada situada al norte. Al poco superamos una portilla para el ganado y avanzamos por un sendero muy marcado y bastante empedrado entre encinas y carrascas.
Al cabo de unos 15 minutos de ascensión podemos tomarnos un pequeño respiro al llegar a un
pequeño collado. De Frente observamos un bloque rocoso (no es el Candina, aún queda mucho) y a nuestro pies una hondonada a la que hemos de descender siguiendo el camino.
En nuestro descenso vemos aparecer otra hoya a nuestra derecha aún más profunda.
Tras alcanzar la parte baja el camino vuelve a ascender por el otro lado de la vaguada, a medida que la vegetación arbustiva va desapareciendo y queda limitada a matorral, y gira hacia la izquierda hacia la parte inferior de un pequeño frente rocoso. Al final del mismo, el camino gira a la derecha para dejarnos contemplar una nueva hoya y un nuevo macizo. Contaremos otros 15 minutos desde el primer collado hasta este segundo.

Bordeamos la nueva hoya, ocupada por encinas por la parte sur, en dirección a un cartel explicativo destrozado y un panel señalizador que no nos sirve para la excursión de hoy. Continuamos bordeando ahora hacia el norte, en ligera ascensión y al poco, en las cercanías de un buen ejemplar de encina, el camino gira algo hacia la derecha y se introduce por un paso estrecho hasta llegar a una campa en la que pastan algunos animales domésticos.
El bloque montañoso se sitúa ahora más bien a la izquierda y hacia él sigue el sendero que por
momentos se difumina. Como orientación deberemos seguir la vaguada por su parte izquierda, en ligera ascensión y casi sin cambiar de dirección respecto a la que traíamos.

Si no nos hemos equivocado llegaremos a una zona en la que aparecer restos de grandes muros de piedra que parecen un yacimiento arqueológico y que en realidad se tratan de los restos de una antigua explotación minera. De frente tenemos las primeras vistas sobre el mar, aunque aún con impedimento de la última parte del bloque montañoso.
Siguiendo por la senda llegamos a lo que era el antiguo camino de servicio de la explotación minera y lo tomamos hacia la izquierda ascendiendo unas decenas de metros hasta llegar al punto donde tenemos la vista general del macizo de Candina. Una especie de circo pedregoso en la que el monte Candina aparece hacia el noroeste, identificable por el vértice geodésico. Por la izquierda podremos identificar la senda por la que volveremos al regresar de nuestro recorrido circular y a la izquierda una ruta marcada con pintura amarilla que recomiendo ignorar ya que aunque conduce a unas vistas espectaculares el avance es muy dificultoso y podremos disfrutar de vistas similares más adelante.

Continuamos por tanto por el antiguo camino minero en leve descenso hacia una hoya que constituye el fondo del monte Candina. Al cabo de unos centenares de metros podremos descubrir en la ladera derecha unas grandes oquedades conocidas como Ojos del Diablo.
Desde el final del camino es muy fácil desviarse hacia estas oquedades, desde las que tendremos inolvidable imágenes de la conocida como Ballena de Sonabía (entrante rocoso que se introduce en el mar) y sobre una gran extensión de perfil costero y marítimo, incluyendo el monte Cerredo que citábamos anteriormente. Los buitres e incluso algún alimoche son compañeros inseparables en esta zona, contrastando su vuelo sobre el azul del mar.

Desde este punto las rutas se difuminan existiendo varias opciones de continuar la ruta. La que se propone consiste en regresar hasta el punto donde termina el sendero minero y continuar prácticamente por el centro de la gran hoya, dejando la dolina más profunda a la izquierda. Si seguimos en esta dirección veremos casi de frente (un tanto a la izquierda) un pequeño depósito de plástico con agua para el ganado. Alcanzamos el mismo y podemos tomar dos opciones. Por la opción más al norte llegamos a un pico gemelo del Candina (e incluso unos metros más alto), y desde ahí llegamos a este último por el propio cordal.

La segunda opción es descubrir entre los helechos la senda que asciende directamente al Candina. Como referencia hemos de mirar la parte más alta de la hoya y contar 3 hayas de derecha a izquierda. La senda se dirige casi de forma directa hacia la central, pasa junto a la misma y alcanza el peñasco que constituye el Monte Candina.
Los paisajes que se ven desde este punto son muy amplios. Además de los valle interiores, tendremos una buena perspectiva del monte Cerredo y la costa vasca. Los ojos del diablo, la ria del Asón, escoltada por el puntal de la Salvé de Laredo y el monte Buciero de Santoña, y el valle de Liendo, sin excluir un amplio panorama marino.

Para continuar hemos de descender unos metros y seguir la senda principal de ascensión, con orientación sur y que desciende muy paulatinamente, y no hacia la hoya sino casi paralela al cordal hasta salir a una nueva hoya que no habíamos visto hasta ahora. Las aisladas marcas de pintura roja y blanca son de gran ayuda.
Continuamos por la parte superior derecha de la vaguada y llegamos a una zona de grandes rocas muy cerca ya del antiguo sendero minero. Tratamos de alcanzar el mismo por la senda correcta. Una vez conseguido, no queda sino desandar lo andado.

Comentarios

Puede parecer desproporcionada una medición de 3 horas para hacer 7 kilómetros pero hay que tener en cuenta que, en toda la ruta pero sobre todo al final, el suelo es muy pedregoso y dificulta el avance. En este sentido, también hay que tener cuidado de no arriesgarse a una torcedura de tobillo o alguna lesión peor.
Por otro lado, en el último tercio de la ascensión no es difícil perder el sendero. Relacionado con lo anterior, y teniendo en cuenta especialmente la abundancia de hoyas en la zona, es especialmente poco recomendable realizar esta ruta en caso de niebla, salvo que dispongamos de un gps con la ruta integrada o conozcamos previamente la zona.

Por último, hay que ser cuidadoso e incluso evitar el aproximarnos a los cortados en época de cría de los Buitres, que coincide aproximadamente con la primera mitad del año.


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