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martes, 26 de noviembre de 2013

Ruta de senderismo: el valle de Anievas

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Con el artículo de hoy acabo con los contenidos recopilados hasta ahora. Espero que el año que viene pueda ofreceros algunos artículos más.

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Anievas, situado en el centro geográfico de la región, pese a encontrarse bastante accesible guarda aún los ecos de una etnografía característica, especializada en música tradicional y la existencia hasta hace poco de algunos de los últimos hórreos de Cantabria. Hoy os presento un recorrido bastante sencillo por transcurre por los cuatro pueblos de este poco conocido valle. 

Dificultad: Baja
Orientabilidad: Alta
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 2 horas y media y 9 kilómetros

Situación.

Desde Santander hemos de seguir la A-67 hasta la salida de Arenas de Iguña. Llegamos hasta este pueblo atravesándolo en dirección a Anievas. Tras cruzar el Besaya y el pueblo de Raicedo llegamos en breve al primer pueblo del pequeño valle, Barriopalacio, en donde comenzaremos a andar. Podemos dejar el coche en un ensanchamiento de la carretera enfrente de la parada de autobús.

Puntos de Interés

Praderías y ganadería. Vistas del valle. Arquitectura popular. Iglesia románica de Cotillo.

Descripción de la Ruta

Cruzamos el puente sobre el río Casares, principal curso de agua del valle, y a continuación entramos en el pueblo de Barriopalacio. Seguimos las calles más rectas, perpendiculares a la carretera, mientras vemos que este pueblo ha sabido conservar parte de su arquitectura popular a base de alineaciones de casas con balconada de madera.

De esta manera salimos pronto del pueblo caminando por una pista que discurre por el fondo del vallejo formado por el arroyo de la Canal. Cruzamos el río y llegamos a un cruce en el que seguimos por la izquierda (en realidad iremos a la izquierda en casi todos los cruces de hoy). Tras pasar sobre un arroyo secundario llegamos a otro cruce principal, en el que seguimos hacia la izquierda. 

Como casi todo el recorrido, este primer tramo transcurre entre prados; salpicados de pequeñas manchas de bosque. Afrontamos un tramo de fuerte subida que termina en nuevo cruce. Siguiendo hacia la izquierda nos acercamos al fondo de este valle. Por encima de nosotros se encuentra una zona más boscosa que termina en el monte Cildá, el cual ya fue tratado en este blog.

El camino llega hasta el arroyo y vuelve por el otro lado del valle, siempre en suave ascenso. Ahora vemos algunos otros picos del Besaya medio, entre los cuales se puede distinguir la pirámide del Pico Jano. Al poco se nos une un camino desde la derecha y cambiamos a la vertiente principal del valle. Iniciamos un descenso que combina tramos más empinados con otros menos marcados, mientras frente a nosotros, a lo lejos, vemos el pueblo de Villasuso. 

Una serie de revueltas nos permite llegar al pueblo de Cotillo, capital del valle. El primer edificio que encontramos es la sencilla iglesia románica, que se bordea por la derecha. Seguimos la calle principal en su descenso, con cierta tendencia a la derecha. En la parte baja, a la altura de una casa con balconada pintada de blanco, giramos hacia la derecha (si siguiésemos la calle principal pronto llegaríamos a la carretera).

Caminando sin apenas ascender pronto termina la parte asfaltada, la cual deriva en un camino orientado directamente hacia el pueblo de Barriosuso. Siguiendo esta referencia pronto vemos que el camino se transforma en un bello sendero que transcurre entre prados, una cambera, con algunos tramos empedrados. Tras cruzar de nuevo el rio Casares pronto llegamos al citado pueblo.

Ni Cotillo ni Barriosuso tienen el interés arquitectónico de Barriopalacio. Siguiendo la calle principal, con cierta tendencia a la izquierda, pasamos junto a una casa con una gran portalada de acceso y pronto llegamos junto a la iglesia. Desde aquí tenemos la pista que da servicio al pueblo y a continuación a la carretera general del valle. Hemos de descender un tramo por la misma descendiendo de nuevo hacia Cotillo durante aproximadamente un kilómetro.

Justo al lado del cartel anunciador del pueblo encontramos un camino en el lado derecho que hemos de tomar. Antes de llegar a una nave el camino gira a la izquierda y se transforma en una nueva cambera que asciende por la ladera. Tras dejar atrás otra derivación a la derecha terminan de nuevo los cruces mientras vamos teniendo nuevas vistas del valle y de Cotillo en primer plano. 

Tras dejar de ascender, la cambera serpentea en dirección suroeste. Ya en las proximidades de Calga vemos una derivación a la izquierda que desciende hacia la carretera y que no tomaremos. Inmediatamente llegamos a la entrada del pueblo. Desde aquí tenemos dos opciones: la primera es seguir el recorrido inicialmente propuesto siguiendo la carretera, la cual concluye en el pueblo de Barriopalacio tras trazar una amplia curva. 

Nosotros nos decidimos por una segunda opción: Pasamos junto al primer edificio del pueblo, que parece una pequeña ermita, y a la primera opción tomamos un camino que desciende de forma directa hacia la parte baja del valle y que termina justo en el punto donde dejamos el vehículo.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRS-44. La señalización es escasa pero creo que los principales cruces están bastante claros y el trazado se puede recorrer de manera bastante fácil siempre que las camberas se mantengan libres de vegetación; tal y como estaban cuando yo realicé el recorrido.

Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)



Vídeo con imágenes del recorrido

viernes, 11 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: Ruta de los Puentes

Al otro lado del Monte Aá se encuentra el precioso bosque de Monte Rio los Vados. Una de las principales ruta que los recorre esta "de los puentes; sin pendientes especialmente duras y con sendas muy definidas.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Muy Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y cuarto  y 16  km

Situación

Desde Santander se toma la A-8 en dirección a Oviedo. Tomamos la salida de Villanueva de la Peña y seguimos hacia este pueblo cruzando el rio Saja. Cubrimos los 5 km que nos separan del puente de Santa Lucía atravesando el municipio de Mazcuerras. Ya en este puente seguimos la carretera que remonta el Saja y uy pronto llegamos a la indicación de la raqueta que nos permite desviarnos a Ucieda. Atravesamos los dos barrios de este pueblo y seguimos por la carretera que remonta el curso del rio Bayones hasta entrar en el precioso bosque de Monte Rio Los Vados. Dejamos el coche en las cercanías de la Casa del Monte, junto a una pequeña explanada.

Puntos de Interés

Bosques de robles y hayas. Vistas de los valles del Monte rio Los Vados. Arroyos y puentes rústicos que los atraviesan.

Descripción de la Ruta

Empezamos a caminar en un paraje muy frecuentado por excursionistas, junto a robustos árboles, el cantar del río y unas cuantas mesas para el almuerzo. La pista por la que avanzamos continúa asfaltada unos cientos de metros y pasa a convertirse en un amplio camino. Pasados unos 500 metros llegamos a una marcada bifurcación. Seguimos hacia la derecha, cruzando el río y tomando una nueva pista que aún conserva restos de un antiguo asfaltado.

Empezamos así un prolongado ascenso que nos llevará desde los 250 de altitud a los 550 metros, aproximadamente. Las diversas revueltas nos permiten contemplar diversas perspectivas de este bosque, en algunos puntos con un aspecto panorámico. Tras algo más de dos kilómetros y a unos 400 metros de altitud llegamos a una zona más despejada mientras seguimos ganando altura. Al poco notamos como cambiamos de vallejo mientras nos internamos de nuevo en el bosque. Ignoramos una pista que desciende por nuestra derecha y seguimos ascendiendo. Tras un par de curvas adicionales hemos de buscar el sendero, bastante bien marcado, que nace hacia la izquierda.

El avance por el sendero nos permite tener una sensación de contacto más directo con el monte. Durante la mayor parte del recorrido continuaremos por un sendero muy similar, sin grandes oscilaciones de altitud pero con un avance algo incómodo debido a la irregularidad del terreno. Tras un breve tramo por el bosque salimos a la cabecera de un pequeño valle, la cual recorreremos de manera completa. Pronto descubriremos el porqué del nombre de la ruta, pues existen numerosos puentes rústicos para salvar los diferentes arroyos e irregularidades del terreno. En la parte central de la cabecera encontraremos un pequeño ramal para acercarnos al “roble tumbado”, un descomunal ejemplar que pese a haber caído sigue vivo.

El regreso por la parte oriental del vallejo se produce por una zona con menor arbolado, pero pronto el sendero gira para buscar un nuevo valle, en este caso el principal de todo el monte, el formado por el río Bayones. El avance hasta el final del mismo es largo pero disfrutando de más y más estampas del bosque. Superado el puente principal volvemos por el otro lado del valle, de nuevo en dirección norte y de nuevo con menos arbolado.

A partir de aquí tenemos diversos cambios de dirección siguiendo las canales formadas por los diferentes arroyos, lo cuales superamos con ayuda de sus correspondientes puentes. En un momento dado pasamos junto a un robusto ejemplar de haya, catalogado dentro del listado de árboles singulares de Cantabria. Tras superar una zona algo más abierta y con mejores perspectivas acabamos desembocando en una amplia pista que tomamos hacia la izquierda, en su descenso. Desde aquí nos quedan unos 3 kilómetros de avance hasta la zona de esparcimiento en donde dejamos nuestro vehículo. Este último tramo coincide con el de la ruta del Haya Corba, ya descrita hace tiempo en este blog.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-111. En el momento de realizar esta ruta se encuentra muy bien señalizado y además no hay muchos cruces y el sendero principal es muy evidente. De hecho, de ello se deriva un problema secundario, y es que por la zona se realizan carreras de montaña lo cual conduce al desgaste de la senda, con varias zonas resbaladizas y embarradas. En todo caso nada insuperable (en un punto encontré un árbol caído que exigía un esfuerzo algo mayor).

Podemos acortar la ruta aproximadamente un kilómetro (entre ida y vuelta) llevando nuestro vehículo hasta el cruce principal. No obstante no tengo claro hasta que punto esto está permitido y ello nos impide realizar el calentamiento previo antes de afrontar las primeras rampas.

Evidentemente, el lugar es adecuado para realizar una comida campestre al final de la ruta, si bien en determinadas épocas puede resultar complicado encontrar espacio.

Track de la ruta (pinchar en el círculo verde para acceder a más información)



Vídeo con imágenes del recorrido

martes, 1 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: El monte AÁ

Aparte de alguna ruta costera que os he mostrado en los artículos anteriores, este año he podido realizar unas pocas rutas senderistas que os iré describiendo en las próximas semanas; espero que os gusten.

Pese al secular proceso de deforestación y alteración que han sufrido las comarcas más cercanas a la costa cántabra, aún existen muchos ejemplos extraordinarios de bosque autóctono, bastantes de los cuales ya han aparecido en este blog. Uno de los más interesantes es el monte Aá, en el municipio de Ruente, caracterizado por la robustez de sus ejemplares. Además el recorrido por el monte Aá nos da acceso a la sierra del Escudo de Cabuérniga, un interesante balcón sobre la costa occidental.

Dificultad: Alta
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 5 horas y 21 km

Situación.

Desde Santander se toma la A-8 en dirección a Oviedo. Tomamos la salida de Villanueva de la Peña y seguimos hacia este pueblo cruzando el rio Saja. Cubrimos los 5 km que nos separan del puente de Santa Lucía atravesando el municipio de Mazcuerras. Ya en este puente seguimos la carretera que remonta el Saja y pronto llegamos a Ruente. Tomamos el camino que surge justo después de dejar detrás el pueblo. En sus primeros metros está asfaltado. Dejamos el coche precisamente cuando termina el asfalto, justo después de cruzar el arroyo de Monte Aá.




Puntos de Interés

Arroyo de Monte Aá. Bosques caducifolios. Vistas del municipio de Ruente y la costa occidental.

Descripción de la Ruta

Desde el lugar indicado nacen tres caminos. Tomamos el de más a la izquierda, el más cercano al arroyo que será nuestra referencia en la primera parte del recorrido. Avanzamos en ascenso muy suave por una amplia pista bordeando prados y cabañas más o menos modificadas.

Rechazando todas las derivaciones pronto entramos en una zona de puentes que atraviesan el bello arroyo. En esta zona ignoramos un camino muy amplio que asciende por la ladera izquierda. A partir de aquí la sensación de bosque va aumentando, con un arbolado variado en donde los robles llevan la nota predominante.

Hacia el kilómetro 2 y medio la pendiente va aumentando y pronto llegamos a una primera revuelta (ignoramos un camino secundario que sigue el río) y nos vamos alejando del cauce. Una serie de curvas nos permiten ganar altura sin demasiadas dificultades tras lo cual tenemos un largo tramo hacia el noreste.

Entramos en una zona de árboles especialmente robustos, y precisamente en la revuelta que da fin a este tramo existe una derivación por un evocador sendero de unos 500 metros que nos conduce a un espectacular roble de 12 metros de perímetro en la base. Muy cerca encontramos el haya “el jabalí” y otro antiguo roble aún más emblemático, el Roble Cubilón. Se trataba de un inmenso roble, probablemente milenario, de 15 metros de perímetro en la cepa. Hasta finales de los años 80 permaneció en pie, con su tronco totalmente hueco. Se dice que en su interior cabían dos vacas tudancas y que su fama era tal que Napoleón llevaba una bellota suya engarzada en oro.

De regreso a la pista (también se puede dejar la derivación para el regreso) seguimos avanzando en un largo tramo en el que la pendiente se suaviza hasta casi desaparecer. Este tramo termina en un cruce en el que se ha de seguir hacia la derecha, dejando la pista principal, aunque el que seguimos sigue estando perfectamente definido. Desde aquí comienza la parte más empinada del ascenso, con un largo tramo que se hace especialmente duro.

Tras el fin de la tortura vemos que el arbolado se va haciendo cada vez menos espeso hasta finalmente desaparecer. Con ello podemos disfrutar de muy buenas vistas del bosque recorrido y de todo el valle del Saja. Continuamos en todo caso ascendiendo hasta llegar a un pequeño rodal donde encontramos otro cruce donde volvemos a desviarnos, esta vez hacia la izquierda. Ello nos permite seguir ascendiendo por la ladera hacia una línea cimera que ya se intuye cercana.

Recorremos el último tramo de camino hasta llegar a un vallado, ya en el cordal de la sierra del Escudo de Cabuérniga. Lo superamos gracias a una escalera destinada a tal efecto y giramos hacia la derecha. Seguimos el cordal, lo cual se hace algo dificultoso debido a las rocas existentes y a un suelo con alto contenido en turba.

Nuestro objetivo es un pico marcado con una cruz. En este tramo tenemos unas vistas muy buenas de la costa occidental, en la que destaca la ría de San Vicente. Lamentablemente el día que yo lo realicé la niebla empezaba a descender y las fotos no quedaron bien. Una vez completada la ascensión, no queda más que afrontar el regreso por el mismo camino.

Comentarios

 Ruta relativamente dura por su longitud y sus 650 metros de desnivel principal. El caminar por pista clara y en general con poco desnivel la hace más llevadera. Por otro lado, con un coche normal podemos avanzar bastante por la pista inicial.

La excursión se puede limitar al acceso a la zona de los árboles singulares, a unos 500 metros de altitud, con lo que se queda en unos 11 kilómetros (ida y vuelta). También se puede volver por otra pista que recorre el otro lado del valle. De hecho este recorrido alternativo es utilizado con frecuencia por los aficionados a la bici de montaña.

Descarga esta descripción en pdf

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para acceder a más información)



Vídeo con imágenes del recorrido


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Ruta de Senderismo: El monte Canales

Caminamos hoy por este interesante robledal del monte Canales, poco conocido pese a ser uno de los más interesantes de Cantabria.


Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y media (17 KM).




Situación.

Por la Autovía A-67 hasta la salida de Santa Cruz de Iguña/Molledo/Barcena de Pie de Concha. Tomamos la carretera Nacional en dirección sur hasta el cruce de acceso a Molledo. Atravesamos esta localidad y al poco encontramos el cruce que hacia la derecha conduce a Silió. Aparcaremos junto a su interesante iglesia románica, hacia el final del caserío.

Puntos de Interés

Iglesia románica de Silió. Entorno del río Erecia. Robledal del monte Canales. Vistas sobre el Valle de Iguña.

Descripción de la Ruta

Tras contemplar la iglesia (también podemos dejarlo para el final) partimos por la ancha calle que nace hacia el este desde el mismo ábside de la misma. A medida que avanzamos vemos que en el caserío de Silió existe esta mezcolanza típica de muchos lugares de Cantabria entre la arquitectura popular y contemporánea. Terminado el caserío el trazado sigue estando asfaltado transitado ahora paralelo al río Erecia (que nos acompañará durante la primera parte del recorrido).

Cruzamos el curso de agua siguiendo en todo momento la carretera y pasamos junto a un área recreativa. Tras un tramo de fuerte ascenso en el que nos alejamos del río llegamos a una altura de una portilla canadiense. Inmediatamente viene un ramal a la izquierda que ignoramos y al poco el asfalto se transforma en hormigón y finalmente en tierra. En los últimos metros el paisaje es más abierto, permitiéndonos contemplar el valle donde crece el bosque al que nos dirigimos.


Hacia los dos kilómetros llegamos a una clara bifurcación. El camino de la izquierda continúa por la ladera en dicección al valle del Pas, mientras el de la derecha, que es el que tomamos, nos acerca de nuevo al río. Al poco cruzamos el curso de agua y entramos en el bosque del Monte Canales, en donde los esbeltos robles son predominantes, si bien en la parte alta las hayas tomarán el papel protagonista.

La claridad del camino, en los siguientes kilómetros no hay que prestar atención a cruces, nos permite disfrutar de esta bella masa forestal y casi no nos daremos cuenta de que vamos ganando altura poco a poco. Tampoco nos daremos cuenta como la dirección original, oeste, va pasando a ser dirección sur.

Hacia el kilómetro 7 pasamos junto a un refugio y cruzamos el río. Unos cientos de metros después volvemos al lado derecho del mismo y al poco llegamos a un cruce en donde el camino de la izquierda cruza el arroyo por un vado (no hay puente) mientras que el de la derecha, que es el que tomamos, gira bruscamente. Al poco llegamos a otra revuelta de modo que recuperamos la dirección original.

Las hayas ya se han hecho dueñas del paisaje. No mucho después el camino empeora visiblemente convirtiéndose en un sendero. Casi inmediatamente, nada más cruzar un arroyo con ayuda de unas piedras, abandonamos definitivamente el río Erecia al tomar un desvío que asciende por la derecha. Este sendero al girar transita unos metros hacia el noroeste, pero luego llega a una fuerte curva que lo deja otra vez en dirección sur.

Llegamos al poco a una nueva bifurcación, de similar aspecto a la anteriormente comentada, en la que de nuevo hemos de decidirnos por el camino de la derecha. Con un poco de atención, pues este tramo es el menos definido de todo el recorrido llegamos a un claro del bosque ocupado por helechos. En este punto el sendero más definido parece ir hacia la izquierda pero nosotros vamos hacia la derecha, justo entre el borde de los helechos y el bosque.

Avanzaremos así apenas uno 100 metros, en este punto giramos casi 180 grados y nos ponemos de frente a una cumbre ondulada. Tomando esta cima como referencia, avanzamos por el sendero que se descubre entre los helechos, y que yendo ligeramente hacia la derecha alcanza un arroyo que hemos de cruzar. Al otro lado del arroyo la senda recupera la dirección original, paralela al arroyo aunque un poco alejada del mismo. Unos doscientos metros después el propio sendero gira hacia la derecha y acabamos llegando a un calvero cubierto por una pradera más despejada donde son protagonistas los acebos.

Aquí el sendero se difumina un poco. Trataremos de caminar sin perder altitud, quizás ascendiendo un poco, hasta descubrir la continuación del sendero al otro lado del claro. De esta manera llegaremos a un segundo calvero, en cuyo centro se encuentra un pilón para el ganado. Desde el mismo pilón va naciendo un sendero. Como referencia de nuevo trataremos de no ganar ni perder altitud.

Tras un último tramo boscoso salimos a una zona más despejada, en donde tendremos las mejores vistas del valle del río Erecia y el monte Canales. Enseguida cambia el paisaje pues llegamos al cordal de estas pequeñas elevaciones, a 850 metros, ocupado por una larga valla ganadera.

El propio sendero nos conduce a un paso de la valla, alcanzando de esta manera la otra vertiente y continuando por un camino mucho más marcado. Ante nosotros se abre un amplio valle dominado por amplias praderías y cerrado por la cumbre del pico Jano, ocupada por diversas antenas.

Empezamos a descender paralelos a la valla hasta alcanzar un marcado cruce. El camino frontal (alternativa que se comenta brevemente en la sección comentarios) continúa por la misma dirección pero nosotros tomamos el de la izquierda, de modo que descendemos con rapidez. El siguiente tramo es bastante homogéneo. El camino que llevamos transcurre entre bucólicos parajes para el ganado y realiza varios cambios de dirección, siempre descendiendo. Bajo nosotros observamos el amplio valle de Iguña, fuertemente antropizado.

Termina el descenso con una serie de consecutivas revueltas que nos dejan orientados hacia el Norte. Nada más cruzar un arroyo llegamos a un cruce en el que abandonaremos el camino principal por otro que nace hacia la derecha.

Caminamos ahora junto a prado vallados. Rechazamos dos caminos que ascienden hacia la derecha y otro que desciende hacia la izquierda. Poco después aparece un tercer camino hacia la derecha, que es el que hemos de tomar. En unos 50 metros hemos de superar una valla y continuaremos en dirección noroeste, cruzando varios vallados, y desembocamos en una pista asfaltada que sin cambiar de dirección nos conduce en poco más de un kilómetro a Silió.

Comentarios

El recorrido descrito se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PR-S-42. Ruta un poco larga pero no muy dura. La orientación dependerá de la conservación de los senderos en la parte central del trazado. En otoño e invierno puede haber cacerías.

Al parecer existe un trazado alternativo que nos permite acortar algo el recorrido sin detrimento de su belleza. No lo realicé con objeto de ceñirme al trazado del PR lo más fielmente posible: En el cruce que encontramos cercano al vallado de la parte alta continuamos de frente en lugar de descender. Continuaremos así durante aproximadamente kilómetro y medio donde al parecer existe un camino que desciende hacia la izquierda y que se acaba transformando en la pista asfaltada que mencionamos en la parte final de la descripción.

Track (puslar en el círculo verde para más información)




Presentación con fotos:

martes, 28 de agosto de 2012

Senda Fluvial del Nansa

Retomamos las entradas tras las vacaciones con este sencillo recorrido por el curso bajo del río Nansa, muy cerca de su ría, acondicionado por el Ministerio de Medio Ambiente.
 
Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Muy fácil
Belleza: Normal
Tiempo: 3 horas y 40 minutos (14 kilómetros)

 
Situación.

Para acceder al punto de partida de la ruta debemos seguir la A-8 en dirección a Oviedo hasta que, pasado San Vicente de la Barquera, nos encontremos con el cruce indicativo de las cuevas del Soplao y Valle del Nansa. Tomaremos un par de kilómetros la antigua nacional y luego nos desviaremos por la Comarcal S-223, que remonta el río.
 
Tras apenas un par de kilómetros llegamos al pueblo de Muñorrodero. Atravesado su núcleo urbano, y justo a la altura del cartel indicador del fin de pueblo encontramos un cruce a la derecha (muy cercano a un vivero de plantas) y enseguida los carteles indicadores de inicio de la ruta.
 
Podemos dejar el coche en el entorno de la entrada del vivero o seguir las indicaciones hacia el aparcamiento, que se encuentra unos doscientos metros más adelante, junto a un parque y un campo de fútbol, en cuyo caso deberemos iniciar la ruta remontando este último tramo.

Puntos de Interés

Entorno fluvial del Nansa. Pequeños desfiladeros rocosos. Cascada de la parte final. Tramos en los que se discurre por puentes, plataformas y escaleras de madera.

Descripción de la Ruta
 
La señalización nos lleva a tomar la orilla izquierda del río, empezando por unas escaleras que nos permiten salvar un vallado ganadero. Tras unos 500 metros y en las cercanías de un meandro unas escaleras muy bien acondicionadas nos permiten tomar altura para solventar un tramo rocoso. Poco después entramos en un bosque de ribera dominado por grandes alisos y robles.
 
Antes de los dos kilómetros el paisaje se abre un poco y llegamos al primer punto en el que se nos ofrece un trazado para el caso de aguas bajas y otro para periodos en los que las márgenes del río pueden estar inundadas. En todo caso ambos senderos transcurre muy cerca uno del otro.
 
Durante el siguiente kilómetro seguiremos con el río a nuestra derecha mientras que a izquierda se suceden diversas plantaciones. Hacia el kilómetro 3 el sendero vuelve a verse dominado por el bosque de ribera, en donde además de los omnipresentes avellanos silvestre se observan alisos, robles, álamos, castaños… También observamos diverso equipamiento preparado para los pescadores: refugios, plataformas, cables…
 
Hacia el kilómetro 4 llegamos a una zona estrecha y rocosa que superamos gracias a unos estratégicos peldaños y escaleras de madera. En esta zona encontramos la entrada a la cueva del Rejo.
 
Tras un tramo algo más monótono volvemos a encontrarnos con la bifurcación entre el sendero para aguas bajas y el de aguas altas, siendo más recomendable el primero si es practicable. Unidos de nuevo las dos veredas nos queda ya poco para el final del recorrido.
 
Tomamos unos metros por un camino más ancho pero enseguida lo dejamos buscando la senda que sigue más cercana al río. Pasamos junto a un último refugio en una zona más despejada, descendemos por una zona rocosa ayudados por unos escalones de piedra y acabamos llegando al punto en el que el río de Suspino desemboca en el Nansa por medio de una bonita cascada.
 
Justo al lado encontramos la central hidroeléctrica de Trascudia. El sendero todavía remonta unos metros más hasta acabar junto al panel indicador y una pista asfaltada que conduce a Trascudia y Camijanes. El regreso lo hacemos por el mismo camino.
 
Comentarios
 
Ruta muy sencilla, ideal para toda la familia, salvo si acaso por algunos tramos que hemos de remontar por muy bien preparadas escaleras de piedra o madera y por una distancia relativamente larga.

Si deseamos hacerla en un único sentido indicar que la pista de servicio a la Central sale de la S-223 aproximadamente un kilómetro antes de llegar a Camijanes, atravesando el núcleo de Trascudia.
 
La señalización es también excelente (en el momento que yo realicé la ruta). En todo caso el río a nuestra derecha es la mejor referencia. Sólo deberemos prestar un mínimo de atención para no tomar caminos más anchos que se alejan del río.
 
Tenemos la posibilidad de empezar desde el mismo núcleo de Muñorrodero, por la calle que nace a la derecha, junto a la iglesia. Llegaremos junto a unos altos setos. Desde aquí podemos ir por una de los dos caminos peatonales que transitan a ambos lados del río y que confluyen junto a la zona deportiva que antes citamos. En este caso el recorrido se alargará aproximadamente un kilómetro más a la ida y otro a la vuelta.

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)


Presentación con fotos de la Ruta

martes, 24 de julio de 2012

Ruta de senderismo: Valle de Aguayo

Antes del descanso estival os traigo una ruta recién salida del horno que transita por uno más de esos pequeños y semidesconocidos valles secundarios del interior de Cantabria. En la ruta de hoy recorreremos el valle de Aguayo, tributario del Alto Besaya, lugar de prados ganaderos, montañas herbosas y bosques caducifolios.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): difícil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas y 45 minutos (15 kilómetros)
 
Situación
 
Desde Santander deberemos seguir la A67 hasta la salida de Pesquera/San Miguel de Aguayo. Siguiendo las indicaciones tomaremos la N-611 y poco después localizaremos la carretera que asciende hacia el Valle de Aguayo. Hacia el kilómetro 4 llegamos al pueblo de Santa María, donde dejamos el vehículo.
 
Puntos de interés
 
Hayedos. Prados ganaderos. Panorámicas de las montañas cercanas y del embalse de Alsa. Arquitectura popular.
 
Descripción de la ruta
 
El pueblo de Santa María tiene algunos elementos arquitectónicos de interés. Empezamos a caminar retrocediendo por la carretera. Al cabo de unos 300 metros encontramos un camino que nace hacia la derecha. La ruta original se interna por este camino durante algo más de un kilómetro, pero dado que se encuentra algo cerrado en algunos puntos es más recomendable continuar por la carretera.
 
Pasado algo más de un kilómetro llegamos a un punto algo más alto. La carretera empieza en este punto el largo descenso hacia el fondo del valle, pero nosotros localizamos hacia la izquierda el camino que se interna en la espesura del hayedo. Nos vemos inmersos en el mágico ambiente con la molestia del camino embarrado en muchos puntos. Trazamos algunas curvas casi sin desnivel. Pasado kilómetro y medio por este camino, a la altura de una curva a derecha y en un pequeño claro, buscamos una estaca indicadora del sendero de pequeño recorrido.

En este punto salimos del camino hacia nuestra izquierda. El sendero está casi desaparecido pero intentamos avanzar sin perder ni ganar altitud hasta dar con un vallado ganadero. Sin muchas dificultades deberíamos encontrar una escalerita que sirve para superarlo (en casi contrario subimos o bajamos un poco a lo largo del mismo) justo antes de un pequeño arroyo.
 
Escudriñando el sendero cruzamos el arroyo y seguimos paralelos al mismo en su descenso. Unos 400 metros después de haber cruzado la valla intentamos identificar (es un poco complicado) cómo un sendero desciende por la ladera izquierda y se incorpora hacia el nuestro. Si lo logramos tomamos este sendero en su ascenso que poco a poco va saliendo del bosque hasta unas grandes praderas de montaña.
 
Trazamos una amplia curva hacia la izquierda mientras que tenemos unas amplias vistas del alto valle del Besaya, con la autovía y los pueblos de Santiurde y Pesquera. A continuación vemos delante de nosotros un monte culminado por una torre de comunicación bordeado por un hayedo. Vamos ascendiendo hacia la falda izquierda del mismo existiendo la opción de seguir el sendero principal (que traza algunas curvas) u otro más directo.
 
Llegando ya a la falda nos encontramos con una nueva valla a la altura de una portilla. Al otro lado seguimos ascendiendo de manera mucho más suave. Llegamos a la altura de una nueva valla que se sitúa paralela a nuestro avance y luego encontramos otra por nuestra izquierda. El nuevo sendero serpentea entre prados y bosquetes y acaba derivando hacia un nuevo valle. Desde aquí ya se observa el pico Jano al norte (1290 mts) y el pico Otero al este (1250 mts), así como el embalse de Alsa.
 
A partir de aquí no descendemos de manera brusca sino que vamos bordeando al valle por un paisaje similar mientras que los bosques más espesos se sitúan por encima o por debajo de nosotros. Hacia el kilómetro seis el sendero se acaba transformando en un camino mucho más marcado que gira hacia el norte y sale a una zona con prados más extensos. Tras llanear un poco empezamos un fuerte descenso.
 
En un momento dado vemos a nuestra derecha y a un nivel bastante inferior el pueblo de San Miguel de Aguayo. Rechazando todos los cruces vamos terminamos girando en dirección al citado pueblo. Entramos en el mismo y buscamos la carretera que da acceso al mismo pero a la altura de una casa blanca tomamos un camino hacia la derecha. Entramos en un tramo del sendero GR-74 (pintura blanca y roja) que recorre la zona suroriental de Cantabria.
 
La pista asfaltada sale del pueblo y sigue durante un tramo paralela a la carretera, pero al otro lado del pequeño río Hirvienza. Casi sin ganar altura pasamos junto a un edificio moderno que probablemente forme parte de los servicios del embalse. Poco después encontramos un camino que se separa hacia la izquierda y acaba girando hacia el sudoeste. El paisaje por aquí es mucho más despejado y nos permite tener una perspectiva del recorrido de la primera parte de esta ruta.
 
Sin mayores novedades la pista llega al pueblo de Santa Olalla, que no es sino un barrio de Santa María. Llegamos a este pueblo por la carretera asfaltada.
 
Comentarios.
 
La ruta aquí descrita se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRS-31. La señalización es casi inexistente y necesita una actualización. Es una pena porque el tramo del hayedo, que es el más bonito, lo empleamos tratando de no perder el sentido correcto. Por lo demás esta ruta es muy bonita y bastante sencilla. Desde Santa María de Aguayo se puede afrontar el ascenso al Pico Jano aunque tal vez sea más interesante hacerlo desde Bárcena de Pie de Concha.
 
La humedad, los senderos estrechos y la abundancia de ganado hacen que los tramos embarrados sean frecuentes. Deberemos tener en cuenta esto a la hora de escoger el calzado correcto.

Track de la ruta



Presentación con fotos de la ruta.

 

martes, 17 de julio de 2012

Ruta de senderismo: Cascadas de Lamiña

Ruta muy sencilla en un sorprendente paraje de cascadas en un valle secundario del municipio de Ruente.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos (9 kilómetros)


Situación

Desde Santander deberemos seguir la A67 y la A8 en dirección a Oviedo. Dejamos la autovía en la salida de la Autovía y tomamos la nacional unos metros hasta el acceso a Virgen de la Peña. Seguimos esta carretera por el municipio de Mazcuerras hasta la hoz de Santa Lucía que nos acerca al municipio de Ruente. Pasado Ruente el primer pueblo es Barcenillas. Tomamos la calle a la izquierda justo antes de cruzar un arroyo y la carretera de acceso a Lamiña; y dejamos el coche en una zona algo más ancha a modo de aparcamiento.

Puntos de interés

Pueblo de Barcenillas. Praderías. Cascadas de Lamiña.

Descripción de la ruta.

Avanzamos dejando el río a la derecha hasta alcanzar un panel explicativo de la ruta de los Foramontanos y otro relativo a nuestra ruta. Seguimos el ancho camino que aquí nace y que empieza a discurrir entre muretes de piedra. En todo caso al pricipio o al final de la caminata merece la pena decicar unos minutos a recorrer el pequeño pueblo de Barcenillas, plagado de casas montañesas.

Pasados unos 500 metros ignoramos una señal en dirección a Lamiña y continuamos por el camino. Ascendemos muy suavemente acompañados de árboles de ribera (especialmente avellanos y castaños), prados y el cantarín río que cruzamos en varias ocasiones. Podemos asomarnos al mismo para hacernos a una idea del agua que llevarán las cascadas.

Así seguimos por esta parte del trayecto un tanto monótona. Vemos como las laderas alternan zonas despejadas, pinares de repoblación, eucaliptos y robles. Llegados al tercer kilómetro encontramos una bifurcación y tomamos la pista de la izquierda (la otra es el acceso desde Lamiña).

A continuación nos encontramos con un prado de mayor tamaño en el que se encuentra una cabaña. Cruzamos el río y afrontamos una subida más empinada que bordea un pinar. Afortunadamente la rampa es corta pues pronto nos encontramos con una portilla canadiense y la señal que nos orienta por el sendero que hacia la derecha se interna entre los árboles.

Bajamos hasta el borde del río, que cruzamos a continuación andando de piedra en piedra. Seguimos una senda por el otro lado del río unas docenas de metros hasta que volvemos a acercarnos al mismo ya en la zona de las cascadas. Un puente sirve para cruzar el río, si bien en el momento de realización de la ruta (julio de 2011) se encontraba en malas condiciones.

Al otro lado del río nos encontramos la unión del arroyo Barcenillas con el Moscadorio. En ambos encontramos dos interesantes cascadas. Las sendas nos permiten acercarnos a ambas, tanto desde la parte inferior, como desde la superior. Remontado unos metros cualquiera de los arroyos podemos ver alguna cascada más. Una vez terminada la exploración nos situamos en la parte superior de la cascada más alta avanzamos unos metros y seguimos las señales que nos indican que hemos de vadear el río y subir por la ladera opuesta.

Tras unos pocos metros alcanzamos un antiguo y poco marcado camino que discurre junto a vallas de piedra. Lo seguimos hacia la izquierda y empezamos a descender entre esbeltos robles y castaños. En unos minutos alcanzamos la marcada pista de tierra que en unas pocas revueltas alcanza el paso canadiense antes mencionado. Desde aquí nos quedan desandar los 3 kilómetros y medio que nos separan de Barcenilla.

Comentarios.

La ruta descrita se corresponde con el sendero SL-R3 diseñado por el Ayuntamiento de Ruente. La señalización es correcta y además salvo en el tramo de las cascadas no hay complicación alguna. Podemos avanzar con el coche los primeros kilómetros del camino o salir del pueblo de Lamiña, opciones ambas que acortan el trecho.

El trayecto es sencillo, con escasa pendiente, salvo en el tramo de las cascadas en donde deberemos prestar atención en el cruce de los ríos y en la aproximación a las cascadas. En este sentido, la ruta se podrá alargar o acortar en función de que queramos alargar la exploración de los diferentes rincones. Según me han comunicado el puente que yo vi estropeado ha sido arreglado en el verano de 2012.

La ruta se hizo en verano de 2011 (hace casi exactamente un año) pero después de un día de fuertes tormentas. Desconozco cómo estarán las cascadas después de un estío prolongado. Disponemos de una fuente en el primer kilómetro de la ruta.

Track de la ruta:


Presentación con fotos de la ruta:

 
 

martes, 10 de julio de 2012

Ruta de senderismo: El Monte Tejas

A escasos kilómetros de la industrializada villa de Corrales de Buelna se conserva el sorprendente paisaje del monte Teja: un bello bosque de robles y hayas a poco más de 200 metros de altitud. Pasamos además junto a la cueva de Hornos de la Peña, declarada Patrimonio de la Humanidad por su arte rupestre.
 
Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo: 2,5 horas (10 kilómetros)
 
Situación
 
Desde Santander deberemos seguir la A67 hasta la salida de Barros. En este punto tomamos dos rotondas buscando la nueva carretera en dirección Puente Viesgo. Pasado el puente tirantado sobre el Besaya tomamos la carretera a la derecha que nos conduce a San Felices de Buelna. Recorremos unos kilómetros hasta la carretera principal de dicho municipio. Una vez en la misma giramos a la derecha y unos quinientos metros más adelante a la izquierda, en dirección a Tarriba. Llegamos a este pueblo dejamos atrás un palacio montañés. Encontramos a continuación sendas plazoletas donde dejar el coche.
 
Puntos de interés.
 
Núcleo de Tarriba. Entorno rural. Bosque de Monte Teja.
 
Descripción de la ruta.
 
Tarriba es un pueblo que aún conserva buenos ejemplos de arquitectura tradicional, mezclados con construcciones más modernas y funcionales. En la segunda plazoleta encontramos un panel explicativo de la ruta y seguimos la calle con el panel indicador de la cueva de Hornos de la Peña. Empezamos a ascender y al poco abandonamos el pueblo. Inmediatamente llegamos a un cruce en el que seguiremos la pista asfaltada (por el otro camino regresaremos al final de la ruta).
 
Seguimos ascendiendo un poco más mientras que a nuestra espalda podemos ver el pueblo de Tarriba y el valle de Buelna. Pronto llegamos a un pequeño collado y descendemos a un nuevo valle. Ignoramos una carretera que se abre a la derecha y continuamos por un recorrido prácticamente llano. Antes de los dos kilómetros de recorrido encontramos el panel explicativo y el sendero que hacia la izquierda conduce a la cueva de Hornos de la Peña. Podemos ascender por el mismo lo que implicará cierto esfuerzo para salvar los 250 metros y varios zig-zags que nos llevan hasta la entrada. Desde aquí tenemos una primera vista panorámica del monte Tejas y sus boscosas laderas.
 
Bajamos de nuevo a la pista asfaltada que en breves momentos se trasforma en en ancho camino. Paulatinamente el valle se va encajonando y el arbolado va haciéndose más presente, inicialmente en forma de vegetación de ribera. Muy pronto llegamos a un área de esparcimiento y cruzamos por primera vez el arroyo Tejas. Pasado el puente ignoramos un camino secundario y entramos en la parte más interesante del recorrido. En el bello bosque el roble es árbol predominante, aunque se encuentran incluso hayas a poco más de 200 metros de altitud.
 
Pasado el kilómetro 3 llegamos a un cruce en el que seguiremos la pista izquierda, para cruzar a continuación de nuevo el arroyo. No mucho después, y tras superar una zona algo más despejada, llegamos a un nuevo área de descanso, en el que se encuentra un pequeño refugio. A todo esto vamos ascendiendo poco a poco. Disfrutando del sorprendente bosque llegamos en el kilómetro 5 y junto a un gran haya, (altitud 280 metros, habiendo partido a poco más de 100) a una amplia curva a la izquierda en la cruzamos por última vez el arroyo.

Desde aquí afrontaremos la parte principal de la ascensión, en todo caso llevadera. Al cabo de un kilómetro la pendiente se suaviza de forma evidente, junto a unos buenos ejemplares de haya. Al poco llegamos a una fuente con pilón y giramos primero a izquierda y luego a la derecha. Desde este punto podemos apreciar algo mejor el desarrollo del bosque, y nos quedamos con pesar de no haber continuado arroyo arriba. El siguiente tramo es más bien despejado. Se alternan prados bien mantenidos con otros abandonados, y las poco agradables plantaciones de eucaliptos. Se alternan suaves ascensos y descensos.

En el kilómetro siete y coincidiendo prácticamente con el punto más alto del recorrido (360 m) llegamos a una bifurcación en el que tomamos el camino de la izquierda, dejando el otro que continúa ascendiendo. El nuevo camino, también bastante marcado, nos ofrece una amplia panorámica de la parte sur del macizo del Dobra. Dejamos a los lados algunas cabañas y prados y un depósito de aguas. Un poco más adelante se empieza a girar hacia la izquierda y el camino se trasforma en una pista asfaltada. En unos minutos observamos de nuevo el valle de Buelna, bastante por debajo de nosotros.

A partir de aquí el asfalto se transforma en pista cementada, más adecuada a la fuerte pendiente descendente que viene a continuación. Seguimos esta última en el aproximadamente kilómetro y medio que nos resta hasta Tarriba. En los últimos metros nos encontramos con una bifurcación (ambas opciones están cementadas) en la que deberemos ir por la derecha (la de la izquierda es también válida, aunque nos obliga a andar algunos metros más). En unos momentos llegamos a Tarriba.

Comentarios.

La ruta descrita se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PR-S-47 y se realizó hace exactamente un año. La señalización que se conserva es muy reducida, pero la orientación es muy sencilla al seguir prácticamente en todo momento el camino más marcado. Podemos tomar agua en Tarriba.

Por sus condiciones el recorrido es muy adecuado para la bicicleta de montaña. Solamente deberemos prestar mayor atención en el descenso final; pues el camino tiene varios canales para la evacuación de agua que pueden resultar peligrosos si se toman a mucha velocidad.

El arte rupestre de la cueva de Hornos de la Peña fue declarado patrimonio de la humanidad hace unos pocos años juntos con otras cuevas de la zona. Debido a su fragilidad las visitas a la misma se realizan sólo mediante cita previa.

Track de la ruta:


Presentación con fotos de la ruta:


martes, 29 de mayo de 2012

Via verde del Besaya (II): Torrelavega-Barros

A partir de Torrelavega continuamos hacia Cartes, con precaución pues el carril es estrecho y se comparte con los peatones.

Parque con ejecricios para mayores, en la entrada de Cartes.


Seguimos por la vega del río.


Área recreativa en Cartes.

Pasamos al otro lado de la autovía.


Riocorvo, un bonito pueblo del que ya hablamos en el blog.

Antigua carretera hacia las Caldas de Besaya.

Balneario de Las Caldas de Besaya.



Seguimos ruta hacia Barros


El recorrido termina bruscamente en el polígono industrial de Barros, aunque creo que ahora mismo se están ejecutando unas obras para adecentarlo un poco.



Ya que estamos, nos acercamos hasta el "Parque de las Estelas", del que ya hablamos en el blog.


En total son unos 20 km entre Suances y Barros. Un recorrido sencillo y agradable.

martes, 28 de junio de 2011

Valle de Lamasón

Lamasón es un escondido valle y municipio que se encuentra entre los valles del Deva y el Nansa. Su geografía gira en torno a la cuenca del río Lamasón, que confluye en un pequeño desfiladero después del cual rinde sus aguas al Nansa. Sus acceso por carretera son tres: la que discurre por el desfiladero, el collado de Ozcaba que lleva a Puentenansa y el Collado de Hoz que lleva al desfiladero de La Hermida.

Aunque hoy es un lugar apartado, hasta que se pudieron abrir los pasos de La Hermida y La Cohilla era lugar de tránsito obligado para todo aquel que quisiera acceder a Polaciones y Liébana.

Vista desde Ozcaba.


El monumento más importante es muy probablemente es la sencilla iglesia románica de Lafuente, que viene necesitando un pequeño lavado de cara.


La decoración es austera pero el entorno es muy bello.

El nombre de Lafuente no lleva a engaño. En este lugar hay una abundante surgencia que nace del prácticamente anexo farallón rocoso. Aquí un pequeño molino venido a menos.


Entorno del manantial, unos metros más adelante.



martes, 21 de junio de 2011

Ruta de senderismo: El Río Latarmá o Arria

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¡POR FIN DE VUELTA!. Dije que iba a volver avanzada la primavera y por los pelos lo cumplo, jeje. Bueno, la verdad es que estos meses pasados no he podido dedicarle mucho tiempo a buscar más rincones de Cantabria y os eso regreso tan tarde. De hecho como no he visto mucho nuevo el ritmo de este reiniciado blog será mucho más sosegado, en principio en torno a una entrada a la semana. En todo caso espero que lo publicado, poco o mucho, sea de vuestro interés.

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Obligado por la peculiar geología por donde discurre, el río Latarmá o Arria juega en su corto discurrir de menos de diez kilómetros a aparecer y desaparecer de la vista del que lo recorre, en una serie de surgencias y sumideros. Termina su recorrido en las aguas del río Lamasón, en el escondido municipio del mismo nombre.




Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo: 3 horas (9 kilómetros) (ver la sección comentarios)

Situación.

Para acceder al punto de partida de la ruta debemos seguir la A-8 en dirección a Oviedo hasta que, pasado San Vicente de la Barquera, nos encontremos con el cruce indicativo de las cuevas del Soplao y Valle del Nansa. Tomaremos un par de kilómetros la antigua nacional y luego nos desviaremos por la Comarcal S-223, que remonta el río.

Tras unos doce kilómetros por esta carretera llegamos al lugar de Puente el Arrudo, que recibe el nombre del paso que hemos de tomar hacia a la derecha para salvar las aguas del Nansa. Inmediatamente después del puente giramos a la izquierda. Al poco dejamos a un lado la ferrería de Cades y tras algo menos de cinco kilómetros encontramos el camino por el que discurrirá la ruta, unos metros antes de llegar a la Venta de Fresnedo. Dejamos el coche en un ensanchamiento de la carretera a modo de aparcamiento.

Puntos de Interés

Sumideros y surgencias. Cauce del río. Bosques del valle.

Descripción de la Ruta

Retrocedemos hacia el inicio del camino, en una rampa de cemento que enseguida se transforma en camino junto a un panel informativo de la ruta. Este camino con base empedrada será el que seguiremos durante la mayor parte de la ruta, aunque parece que hay un proyecto para su mejora.



Ascendemos un poco y pasamos junto a unos prados ganaderos. Al poco nos acercamos al cauce del río. Podemos buscar el primer sumidero, la Cueva del Toyo, pero os indico que yo lo intenté y no parecía fácil el acceso.

Aproximadamente al kilómetro de recorrido tenemos una desviación a la izquierda para acercarnos más al cauce del río. Es probable que por aquí se disfruten de parajes más interesantes y algunas cascadas, pero como no me inspiraba mucha confianza decidí continuar por el camino principal. Siguiendo por éste enseguida se inicia un tramo de fuerte ascenso, y se traza un zigzag que nos permite ganar altura y disfrutar de las primeras vistas.


Transitamos por la ladera orientada al sur, en donde las encinas logran competir entre la vegetación y destacan grandes y aislados ejemplares de roble. La ladera norte exhibe una vegetación exuberante y variada. Hacia el sur, en la dirección desde la que venimos, se intuye el desfiladero que atraviesa el río Lamasón para poder llegar a su encuentro con el Nansa.

Tras un no demasiado largo ascenso empezamos a llanear. A nuestros pies se oye el fragor del río y un poco después se nos incorpora lo que parece ser el sendero que antes no quisimos tomar (podemos calcular que tenga en torno a un kilómetro). A los dos kilómetros de recorrido total encontramos un marcado camino que vuelve a acercarse al río y que esta vez sí que tomaremos al encuentro del lugar conocido como Nacimiento del Agua.



Tras unos doscientos metros llegamos al lado de una construcción que sirve para la toma de aguas de la zona (debemos ser cuidadosos por tanto para no alterar las condiciones del agua). Ese entorno es de gran belleza y de una gran humedad, como se aprecia por el manto verde que cubre prácticamente todo. No hay un nacimiento como tal, ya que el agua se va filtrando poco a poco a través de las abundantes rocas.



Volvemos al camino principal e iniciamos una segunda y prolongada ascensión. Podemos intuir a lo lejos el paraje que acabamos de visitar y después nos internamos en un bosque cada vez más consistente. Son frecuentes las desviaciones, que rechazaremos siempre continuando por este camino de base empedrada. Es en esta zona en donde me encontré con un grupo de vacas que eran subidas a la parte alta del valle.




Aproximadamente a los cuatro kilómetros el camino traza una amplia curva a la derecha, justo en el punto en el que nace un nuevo camino a la izquierda que volvemos a descartar; pero casi inmediatamente llegamos a una nueva bifurcación en la que, esta vez sí, abandonaremos el camino que parece más marcado a favor del que gira hacia la izquierda.



Es en esta zona cuando dejamos de ascender y al poco llegamos a una nueva hondonada y visualizamos al fondo los picos, bastante más altos, que suponen el cierre del valle (al otro lado se encuentra el tramo final del desfiladero de La Hermida). Al descender entramos en una zona mucho más abierta y empezamos a oír el sonido del agua.

Un cartel nos señala la dirección en la que se ubica el Pozo del Agua. Aunque no hay sendero, no es difícil acercarse hasta el borde del agua y seguir su curso antes de desaparecer. Como en el caso anterior, no hemos de esperar una vista muy espectacular, pues el cauce simplemente se va reduciendo hasta desaparecer en una zona arenosa.


Volvemos al camino y seguimos descendiendo un poco más. Justo antes de empezar a ascender, en una zona en donde nos volvemos a encontrar rodeados de árboles, buscaremos hacia la izquierda en punto donde nace el Pozo del Agua. El arroyo nace mansamente desde las rocas. Una vez de vuelta en el camino, aún podemos ascender unos metros más para contemplar el paraje desde la parte alta.



Aunque aún existe la opción de seguir un poco más, es en este punto donde decidimos regresar por el mismo camino.

Comentarios

Esta es una de las rutas señalizadas por el Ecomuseo Saja-Nansa, aunque pasados unos cuantos años no deberemos esperar muchas indicaciones. En la realización del trayecto, tenemos la opción de seguir simplemente por el camino principal hasta el nacimiento del pozo del Agua, y volver por el mismo camino, con lo que el recorrido se reduce hasta unas dos horas largas.

Por el contrario, podemos explorar en mayor detalle la zona más cercana al cauce o seguir en busca de varias surgencias o sumideros que aún quedan en la parte alta, (ya en territorio asturiano) aunque obviamente esto redundará en el alargamiento del recorrido, e incluso seguir hasta la collada de la Hoya a más de 900 metros de altitud (no se deben esperar grandes vistas desde este punto). En este sentido indicaremos que el camino como tal desaparece en el siguiente sumidero, el de la Huerta, apenas unos centenares de metros más adelante.

En esta página os podéis descargar el track de la ruta: Rutas --> Cantabria --> Saja-Nansa --> Ruta 13.