martes, 26 de noviembre de 2013

Ruta de senderismo: el valle de Anievas

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Con el artículo de hoy acabo con los contenidos recopilados hasta ahora. Espero que el año que viene pueda ofreceros algunos artículos más.

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Anievas, situado en el centro geográfico de la región, pese a encontrarse bastante accesible guarda aún los ecos de una etnografía característica, especializada en música tradicional y la existencia hasta hace poco de algunos de los últimos hórreos de Cantabria. Hoy os presento un recorrido bastante sencillo por transcurre por los cuatro pueblos de este poco conocido valle. 

Dificultad: Baja
Orientabilidad: Alta
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 2 horas y media y 9 kilómetros

Situación.

Desde Santander hemos de seguir la A-67 hasta la salida de Arenas de Iguña. Llegamos hasta este pueblo atravesándolo en dirección a Anievas. Tras cruzar el Besaya y el pueblo de Raicedo llegamos en breve al primer pueblo del pequeño valle, Barriopalacio, en donde comenzaremos a andar. Podemos dejar el coche en un ensanchamiento de la carretera enfrente de la parada de autobús.

Puntos de Interés

Praderías y ganadería. Vistas del valle. Arquitectura popular. Iglesia románica de Cotillo.

Descripción de la Ruta

Cruzamos el puente sobre el río Casares, principal curso de agua del valle, y a continuación entramos en el pueblo de Barriopalacio. Seguimos las calles más rectas, perpendiculares a la carretera, mientras vemos que este pueblo ha sabido conservar parte de su arquitectura popular a base de alineaciones de casas con balconada de madera.

De esta manera salimos pronto del pueblo caminando por una pista que discurre por el fondo del vallejo formado por el arroyo de la Canal. Cruzamos el río y llegamos a un cruce en el que seguimos por la izquierda (en realidad iremos a la izquierda en casi todos los cruces de hoy). Tras pasar sobre un arroyo secundario llegamos a otro cruce principal, en el que seguimos hacia la izquierda. 

Como casi todo el recorrido, este primer tramo transcurre entre prados; salpicados de pequeñas manchas de bosque. Afrontamos un tramo de fuerte subida que termina en nuevo cruce. Siguiendo hacia la izquierda nos acercamos al fondo de este valle. Por encima de nosotros se encuentra una zona más boscosa que termina en el monte Cildá, el cual ya fue tratado en este blog.

El camino llega hasta el arroyo y vuelve por el otro lado del valle, siempre en suave ascenso. Ahora vemos algunos otros picos del Besaya medio, entre los cuales se puede distinguir la pirámide del Pico Jano. Al poco se nos une un camino desde la derecha y cambiamos a la vertiente principal del valle. Iniciamos un descenso que combina tramos más empinados con otros menos marcados, mientras frente a nosotros, a lo lejos, vemos el pueblo de Villasuso. 

Una serie de revueltas nos permite llegar al pueblo de Cotillo, capital del valle. El primer edificio que encontramos es la sencilla iglesia románica, que se bordea por la derecha. Seguimos la calle principal en su descenso, con cierta tendencia a la derecha. En la parte baja, a la altura de una casa con balconada pintada de blanco, giramos hacia la derecha (si siguiésemos la calle principal pronto llegaríamos a la carretera).

Caminando sin apenas ascender pronto termina la parte asfaltada, la cual deriva en un camino orientado directamente hacia el pueblo de Barriosuso. Siguiendo esta referencia pronto vemos que el camino se transforma en un bello sendero que transcurre entre prados, una cambera, con algunos tramos empedrados. Tras cruzar de nuevo el rio Casares pronto llegamos al citado pueblo.

Ni Cotillo ni Barriosuso tienen el interés arquitectónico de Barriopalacio. Siguiendo la calle principal, con cierta tendencia a la izquierda, pasamos junto a una casa con una gran portalada de acceso y pronto llegamos junto a la iglesia. Desde aquí tenemos la pista que da servicio al pueblo y a continuación a la carretera general del valle. Hemos de descender un tramo por la misma descendiendo de nuevo hacia Cotillo durante aproximadamente un kilómetro.

Justo al lado del cartel anunciador del pueblo encontramos un camino en el lado derecho que hemos de tomar. Antes de llegar a una nave el camino gira a la izquierda y se transforma en una nueva cambera que asciende por la ladera. Tras dejar atrás otra derivación a la derecha terminan de nuevo los cruces mientras vamos teniendo nuevas vistas del valle y de Cotillo en primer plano. 

Tras dejar de ascender, la cambera serpentea en dirección suroeste. Ya en las proximidades de Calga vemos una derivación a la izquierda que desciende hacia la carretera y que no tomaremos. Inmediatamente llegamos a la entrada del pueblo. Desde aquí tenemos dos opciones: la primera es seguir el recorrido inicialmente propuesto siguiendo la carretera, la cual concluye en el pueblo de Barriopalacio tras trazar una amplia curva. 

Nosotros nos decidimos por una segunda opción: Pasamos junto al primer edificio del pueblo, que parece una pequeña ermita, y a la primera opción tomamos un camino que desciende de forma directa hacia la parte baja del valle y que termina justo en el punto donde dejamos el vehículo.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRS-44. La señalización es escasa pero creo que los principales cruces están bastante claros y el trazado se puede recorrer de manera bastante fácil siempre que las camberas se mantengan libres de vegetación; tal y como estaban cuando yo realicé el recorrido.

Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)



Vídeo con imágenes del recorrido

martes, 19 de noviembre de 2013

Ruta de senderismo: Acebal de Abiada

Ruta bonita y no especialmente dura por una de las mejores manchas de bosque autóctono que permanece en Alto Campoo. Se realizó a finales de agosto. Seguro que en el momento de escribir estas líneas el paisaje está cubierto de blanco.

Dificultad: Media
Orientabilidad: Buena
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas y cuarto y 11 kilómetros

Situación

La ruta comienza desde el pueblo de Abiada. Para llegar a este lugar tomaremos la A67 hasta Reinosa y desde allí la carretera que se dirige hacia Alto Campoo. A unos 12 kilómetros de Reinosa se encuentra el cruce que hacia la derecha conduce a Abiada y Hoz de Abiada. En el entorno de la iglesia tenemos una buena zona de aparcamiento.

Puntos de Interés


Casas de Abiada. La Cagijona de Abiada. Prados y ganado. Vistas sobre la sierra del Cordel. Hayedo de Abiada. Acebal de Abiada.

Descripción de la Ruta


A los poco pasos cruzamos un arroyo y llegamos a un amplio espacio donde se encuentra el cartel explicativo de la ruta. Desde aquí tomamos la calle más hacia la derecha, que sigue paralela al arroyo. Vemos buenos ejemplos de casa campurriana a medida que ascendemos hacia la parte alta del pueblo. En unos minutos dejamos atrás las casas y el asfalto y cruzamos una gran portilla ganadera.

Seguimos ascendiendo por grandes praderías ocupadas por vacuno de carne. Ignoramos un primer desvío a la derecha y luego otro que termina junto a una nave ganadera. Desde este segundo cruce se baja un poco para cruzar un arroyo, se ignora una pista que desciende por la izquierda y se llega a un nuevo cruce. El camino de la derecha es por donde sigue el recorrido mientras que por el de la izquierda realizaremos el retorno.

Las praderas de montaña van dominando el entorno. De frente tenemos la potente sierra del Cordel, cuya cima supera los 2000 metros. Pasamos otra portilla y seguimos ascendiendo hasta llegar a un cercado. A nuestra izquierda empieza a aparecer el cerrado hayedo de Abiada, adornado con muchas otras frondosas, entre las que se encuentran los poco frecuentes abedules. Desde el cercado la pista no obstante se acerca algo más hacia la ladera de la derecha. 

Entramos en una zona dominada por el tojo en la que ignoraremos un camino que asciende más hacia la derecha. Al poco, coincidiendo con el fin de la pendiente ascendente, empiezan a aparecer los primeros macizos de acebo, semejantes a hogueras de intenso color verde oscuro. El camino, a medida que empeora, vuelve a recuperar el centro de un valle que cada vez es más estrecho. Aquí y allá aparecen estupendos ejemplares de haya.

El camino termina junto a una nueva portilla ganadera tras la cual continúa un serpenteante sendero bastante definido. Cruzamos un arroyo y entramos en la zona del acebal. Tupidas agrupaciones de acebo, que por momentos forman grandes setos que rodean al caminante. A los lados podemos contemplar los pies, en los que se pueden ver algunos que rondan el metro de perímetro. 

El tramo más compacto del acebal apenas ocupa unos centenares de metros y termina en una gran pradera conocida como Prao Nestosa. Desde aquí tenemos varias alternativas: Continuar de frente para subir hasta la estación de Brañavieja por un bonito sendero, volver por el mismo camino o emprender el regreso alternativo junto al río Guares y el hayedo.

Nos decidimos por esta última opción que resulta sin duda interesante, pero también incómoda. Durante la misma tomaremos como referencia el río siguiendo senderos poco definidos formados por el tránsito del ganado. En los siguientes párrafos explico a grandes rasgos el trazado que seguí yo, aunque no puedo garantizar que sea el mejor.

Al poco de avanzar por el prado encontramos un cartel orientativo que nos encamina a cruzar el río. Al otro lado encontramos los primeros senderos trazados por el ganado a través de la tupida y variada masa vegetal. Las hayas sin duda son dominantes, pero en esta fecha de finales del verano nos llaman a atención los serbales de los cazadores, cuajados de sus rojos frutos.

Prestando atención a cada paso cruzamos de nuevo el río y seguimos unos senderos que se alejan un poco de su curso hacia las cercanías de unos maltratados cercados de piedra. Luego volvemos a acercarnos al río en una zona en donde se encajona algo. Manteniéndonos en las proximidades del mismo acabamos llegando a un tramo con un camino más claro, que transita entre las hayas. Este camino termina separándose de nuevo del cauce y salva un arroyo que desciende por el lado derecho, en las proximidades de un tendido eléctrico.

El camino continúa paralelo al tendido, pero nosotros, una vez salvado el arroyo, volvemos a acercarnos al río manteniéndolo en todo momento como referencia. A partir de aquí tendremos que pelear un tanto con los arbustos espinosos mientras intentamos escoger los mejores senderos. A veces, para nuestro alivio, pasamos entre algunas hayas. Con estos patrones el sendero termina junto a una pista justo en el punto en el que la misma salva el río, el cual no hemos de cruzar. 

Metros después del puente se encuentra una zona encajonada en donde se encuentra el pozo y cascada de la Ureña. Resulta peligroso y complicado observar el salto de agua así que seguimos el camino, siempre en el lado izquierdo del río. Tras ascender un poco llegamos en unos momentos al cruce que reseñamos en el principio de la descripción.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PR-S-81 (más información aquí). La señalización es escasa pero tal vez suficiente. Es relativamente sencillo si se realiza el retorno por el mismo camino, con unos 350 metros de desnivel. El retorno junto al río es un poco pesado pero creo que merece la pena. Es probable que por el otro lado del río se ande mejor entre las hayas, aunque también es probable que los senderos sean menos claros (o que incluso no haya) y por momentos la pendiente sea más acusada.

Sin duda esta ruta mejorará mucho en pleno otoño, por la variedad cromática de los árboles de hoja caduca, los prados más verdes y los frutos de los acebos. Por el contrario, los caminos pueden estar más embarrados por el paso del ganado y el cruce de ríos y arroyos puede ser más complicado.

Desde Abiada empiezan algunas rutas montañeras para emprender el duro ascenso a la sierra del Cordel. Mucho más fácil es acercarse a la gran cajiga del pueblo, que se encuentra prácticamente en el casco urbano.
Guarda este artículo como pdf e imprímelo cuando quieras

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)


Vídeo a partir de fotos de la ruta

martes, 5 de noviembre de 2013

Ruta de senderismo: cabeceras de Alisas

Ruta sencilla en el entorno del puerto del puerto de Alisas, bajo la sombra de los primeros picos de los Collados de Asón.

Dificultad : normal
Orientación (sin GPS con track o cartografía): muy buena
Belleza: alta
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos y 9,5 kilómetros



Situación.


La ruta comienza desde el interesante pueblo de Bustablado. Para llegar a este lugar tomaremos cualquier carretera que nos lleve a Solares. Desde el centro de este pueblo localizamos la carretera que se dirige a La Cavada y el puerto de Alisas. Subiremos todo este largo puerto y lo descenderemos hasta las proximidades de Arredondo. Muy cerca de esta localidad se encuentra el cruce que se dirige a Bustablado. Aparcamos en el entorno de la iglesia.

Puntos de Interés

Encina de Bustablado. Tejo de Alisas. Prados. Manchas de Bosque autóctono. Vistas sobre el macizo de Porracolina y otros macizos cercanos.

Descripción de la Ruta



En el centro de Bustablado se encuentra la iglesia y una descomunal encina probablemente bastante más antigua que el templo. Junto al lugar se encuentra el bar llamado precisamente “La encina” y a continuación, una bifurcación. Empezamos a andar por la pista de la derecha que en principio sigue en paralelo a un pequeño arroyo.


Poco a poco vamos dejando atrás diversas casas-granja que han sufrido alteraciones respecto a su anterior configuración para hacerlas más habitables; mientras que identificamos los patrones del paisaje de hoy: prados intercalados con manchas de bosque autóctono. En estos primeros pasos abundan los castaños.

La pista asfaltada alterna tramos de fuerte desnivel con otros más llevaderos. Seguimos en todo momento la carretera más definida hasta cruzar el pequeño arroyo que ha formado este valle. Seguimos en paralelo al cauce hasta una bifurcación. La carretera de la izquierda terminaría pronto mientras que la derecha inicia un tramo de durísima pendiente de aproximadamente un kilómetro de longitud.

Justo cuando termina el tramo de mayor pendiente está el principal y casi único punto de atención para orientarse en esta jornada. La pista gira hacia la derecha e inicia un tramo casi llano. Justo antes de este punto localizamos una pista cementada que nace hacia la izquierda y que hemos de tomar. Esta pista pronto se convierte en el camino mediante el que bordearemos el amplio valle. A nuestras espaldas empezamos a tener buenas vistas del macizo calizo del Porracolina, cuya cumbre supera los 1400 metros.


Tras unos primeros pasos nos encontramos con la mayor sorpresa del recorrido. En el prado de la derecha aparece un estupendo ejemplar aislado de tejo, conocido como “tejo de Alisas” de unos 4 metros de perímetro de tronco. Desde aquí el camino alternará la dirección oeste con la sur, siguiendo las ondulaciones del valle. Además de Porracolina, por momentos podemos ver la sierra del Hornijo. El recorrido tiene continuos y cortos sube-baja, aunque en términos globales tiende a ascender un poco. 


La pista a veces empeora pero en los cruces siempre seleccionaremos el camino en mejor estado (generalmente el de la izquierda). De esta manera recorremos unos cuantos kilómetros mientras disfrutamos del paisaje a la vez monótono y cambiante. Sin mayores novedades el camino vuelve a transformarse en una carretera que facilita el brusco descenso al fondo del valle. Desde aquí tenemos una buena vista de un  llamativo y tortuoso paisaje cárstico. 

Afrontamos el descenso citado siguiendo la pista más marcada. Ya en el tramo llano debemos evitar tomar una carretera que hacia la derecha cruza el rio Bustablado. Al poco llegamos al punto en donde iniciamos el recorrido.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PR-S-11, aunque la señalización es prácticamente nula. En todo caso es relativamente sencillo dada su escasa longitud y el hecho de que se ande siempre por pista definida, aunque hay que tener en cuenta el desnivel del tramo inicial en torno a los 250 metros. Por otra parte el hecho de que más de la mitad del sendero transcurra por asfalto puede desincentivar a alguno.

Si no queremos bajar a Bustablado podemos iniciar el recorrido desde otro punto. Una vez coronado el puerto de Alisas y tras unos 2 kilómetros de descenso tomamos una curva muy cerrada hacia la derecha y al poco otra hacia la izquierda. Podemos dejar el coche en esta segunda curva y empezar a andar por la pista asfaltada que comienza en la misma. De este modo llegamos en unos 750 metros al punto en donde termina la parte más dura del ascenso, en donde hay que tomar la pista cementada que se convierte en camino. 

Finalmente, parece que desde alguno de los cruces de la parte más occidental del ascenso es fácil asomarse hacia el valle del Miera (yo no lo hice pero he leído algo al respecto). En todo caso nos podemos tomar esta ruta como una preparación para el duro ascenso a Porracolina, que se realiza también desde Bustablado.

Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información):


Vídeo con imágenes del recorrido.


martes, 22 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: cabecera del Suscuaja

Recorremos en esta ruta la cabecera de este humilde río entre cuidadas praderías. En todo caso el mayor valor del trayecto son  las espectaculares y poco conocidas vistas de la franja central de Cantabria.

Dificultad: Alta
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y 15 kilómetros

Situación.

La ruta comienza desde el interesante pueblo de Esles de Cayón. Para llegar a este lugar tomaremos la A-8 en dirección a Bilbao hasta la salida en dirección a Sarón. Siguiendo las señalizaciones llegaremos a este pueblo, el cual atravesamos enlazando con Santa María de Cayón. Al final de los edificios encontramos el desvío que en unos 6 kilómetros adicionales nos lleva a Esles.

Puntos de Interés

Casonas y palacios de Esles. Prados. Vistas sobre los principales paisajes de la zona.

Descripción de la Ruta 

Merece la pena dedicar un rato a ver los palacios y casonas del interesante pueblo de Esles. Para empezar a andar tomaremos como referencia el punto en el que se unen las tres carreteras que llega al pueblo. Aquí encontramos una pequeña capilla. Una vez junto a la misma la bordeamos por la izquierda, pasando junto a unos contenedores y tomando la calle que sigue a continuación.

De este modo salimos pronto del pueblo, pasando junto a una fuente con pilón. Empezamos a ascender entre cuidados prados dejando atrás algunas casas-granja. En los cruces de esta primera parte elegiremos la carretera ascendente y la que se encuentra en mejor estado. De este modo ignoraremos un primer ramal a la derecha y luego varios a la izquierda. Mientras tanto tendremos vistas cada vez más amplias del valle de Esles, cerrado al fondo por la sierra de Caballar.

Tras los cruces indicados entramos en el pequeño pero interesante hayedo de Esles. Está formado por hayas y robles un tanto dispersas pero robustos. Pronto dejamos atrás un nuevo cruce a la derecha y, justo en el punto en el que la carretera vuelve a salir del bosque, encontramos un camino en mal estado pero bastante marcado en el lado derecho. Tomando el mismo ascendemos de nuevo rodeados de árboles.

Pasado un tramo salimos definitivamente del bosque mientras que a la derecha empezamos a tener unas vistas cada vez más amplias de todo el valle del Pisueña. Esles aparece cada vez más abajo. Pronto llegamos a una nueva pista asfaltada, pero nosotros tomamos un camino que surge inmediatamente a nuestra izquierda. Pasamos por una zona de pinos de repoblación bastantes dispersos. Por aquí los prados están en un estado más descuidado y apenas se ven algunas cabañas.

Pronto observamos la cabecera del Suscuaja, en la que se echan en falta arbolado autóctono. Apenas se ven algunos pinos en el mismo cauce. Por encima de los mismos se encuentran unas lomas cubiertas de prados de montaña. El camino sigue ascendiendo más y más, a lo lejos ya se observa claramente la franja costera y los montes que cierran Cantabria por el sur.

Tras dos cambios de dirección, en los que el camino va empeorando cada vez más llegamos a un collado en donde se observan ya las cumbres que rodean a Castro Valnera. En este punto bordeamos una loma más empinada y llegamos a un nuevo cruce en donde seguimos por el sendero de la derecha, el más marcado. Una nueva curva nos lleva por fin al cordal que separa el valle del Pisueña del valle del Miera. El valle del Miera muestra una geología mucho más marcada. En primer plano observamos el macizo de las Enguinzas, mientras que a lo lejos vemos las grandes cimas: Porracolina, Picón del Fraile y Castro Valnera.

Para continuar subimos a la loma del lado izquierdo, el Somo de Noja, que en realidad se compone de dos cimas consecutivas. Aquí estamos a 840 metros de altitud, 600 por encima de nuestro punto de partida. Desde la segunda cima se observa mejor la franja costera. Se identifica claramente Peña Cabarga, a cuyos lados se observa una parte de Santander, la península de la Magdalena y la playa del Puntal. A lo lejos vemos otros paisajes como Santoña y el Monte Buciero.

Empezamos a descender mientras observamos a nuestra derecha dos pequeñas presas conocidas como Los Pozos de Noja. El nuevo camino desciende por una primera arista, pero tomaremos un primer cruce hacia la izquierda. Al poco seleccionaremos una segunda opción de descenso, hacia el lado derecho, por una rampa considerablemente empinada que deberemos bajar con mucha precaución.

Pasado este primer tramo el descenso es mucho más cómodo y moderado. A nuestra derecha vemos el amplio caserío de Liérganes. Al poco llegamos a una zona de cabañas de corte rústico, en realidad estamos en la zona más norteña de todo el poblamiento pasiego. Superamos una primera portilla ganadera y al poco tomamos un nuevo desvío a la izquierda. El sendero se une a un camino más marcado, mientras que el pueblo que vemos ahora más cercano es el de Los Llanos. Muy cerca observamos una alta torre meteorológica.

Pasamos una segunda portilla. Al otro lado de la misma buscamos el camino que se dirige más directamente a la torre. Desde la misma el camino mejora claramente y se dirige a una plantación de eucaliptos (tan cerca de la costa era difícil liberarse de los mismos). Tras un tramo de descenso en el que trazamos varias curvas llegamos a un cruce. Hacia la izquierda probablemente haya un descenso más directo a Esles, pero nosotros seguimos hacia la derecha.

Al poco llegamos a una carretera asfaltada. A la derecha seguiría el recorrido oficial descendiendo hasta Lloreda, pero nosotros decidimos recortar siguiendo hacia la izquierda. Así descendemos entre casas sueltas y prados muy cuidados mientras observamos no muy lejos el pueblo citado y, más de frente, una loma suave en donde se encuentra la ermita de San Vicente. En la parte final del descenso enlazamos hacia la izquierda con otra pista ya junto al curso del rio Suscuaja (también llamado Parayas). Si hubiéramos llegado hasta Lloreda enlazaríamos en este punto.

Seguimos esta pista que acaba repentinamente junto a una valla y una casa. Tras meditarlo un poco decidimos pasar la valla y seguir el recorrido por un prado hasta alcanzar el río (en este momento completamente seco). Al otro lado nace un camino que al poco desemboca en otro que seguimos hacia la derecha. Se asciende un poco hasta llegar a una nueva carretera. Tomamos la misma hacia la derecha y ya sólo nos queda seguirla unos minutos hasta llegar al pueblo de Esles.

Comentarios


El recorrido se corresponde básicamente con el sendero de pequeño recorrido PR-S-58, pero recortando el tramo de aproximación hasta Lloreda. El paso “delicado” del final de la ruta sólo se podría evitar recorriendo el tramo entre Lloreda y Esles por carretera con su correspondiente puertecito. Otra alternativa sería descender a Esles desde el cruce que aparece al terminar el bosquete de eucaliptos. Consultada la cartografía parece haber un camino bastante definido.

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)



Vídeo con fotos de la ruta (en la mitad contiene un enlace hacia un vídeo panorámico)




viernes, 11 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: Ruta de los Puentes

Al otro lado del Monte Aá se encuentra el precioso bosque de Monte Rio los Vados. Una de las principales ruta que los recorre esta "de los puentes; sin pendientes especialmente duras y con sendas muy definidas.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Muy Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y cuarto  y 16  km

Situación

Desde Santander se toma la A-8 en dirección a Oviedo. Tomamos la salida de Villanueva de la Peña y seguimos hacia este pueblo cruzando el rio Saja. Cubrimos los 5 km que nos separan del puente de Santa Lucía atravesando el municipio de Mazcuerras. Ya en este puente seguimos la carretera que remonta el Saja y uy pronto llegamos a la indicación de la raqueta que nos permite desviarnos a Ucieda. Atravesamos los dos barrios de este pueblo y seguimos por la carretera que remonta el curso del rio Bayones hasta entrar en el precioso bosque de Monte Rio Los Vados. Dejamos el coche en las cercanías de la Casa del Monte, junto a una pequeña explanada.

Puntos de Interés

Bosques de robles y hayas. Vistas de los valles del Monte rio Los Vados. Arroyos y puentes rústicos que los atraviesan.

Descripción de la Ruta

Empezamos a caminar en un paraje muy frecuentado por excursionistas, junto a robustos árboles, el cantar del río y unas cuantas mesas para el almuerzo. La pista por la que avanzamos continúa asfaltada unos cientos de metros y pasa a convertirse en un amplio camino. Pasados unos 500 metros llegamos a una marcada bifurcación. Seguimos hacia la derecha, cruzando el río y tomando una nueva pista que aún conserva restos de un antiguo asfaltado.

Empezamos así un prolongado ascenso que nos llevará desde los 250 de altitud a los 550 metros, aproximadamente. Las diversas revueltas nos permiten contemplar diversas perspectivas de este bosque, en algunos puntos con un aspecto panorámico. Tras algo más de dos kilómetros y a unos 400 metros de altitud llegamos a una zona más despejada mientras seguimos ganando altura. Al poco notamos como cambiamos de vallejo mientras nos internamos de nuevo en el bosque. Ignoramos una pista que desciende por nuestra derecha y seguimos ascendiendo. Tras un par de curvas adicionales hemos de buscar el sendero, bastante bien marcado, que nace hacia la izquierda.

El avance por el sendero nos permite tener una sensación de contacto más directo con el monte. Durante la mayor parte del recorrido continuaremos por un sendero muy similar, sin grandes oscilaciones de altitud pero con un avance algo incómodo debido a la irregularidad del terreno. Tras un breve tramo por el bosque salimos a la cabecera de un pequeño valle, la cual recorreremos de manera completa. Pronto descubriremos el porqué del nombre de la ruta, pues existen numerosos puentes rústicos para salvar los diferentes arroyos e irregularidades del terreno. En la parte central de la cabecera encontraremos un pequeño ramal para acercarnos al “roble tumbado”, un descomunal ejemplar que pese a haber caído sigue vivo.

El regreso por la parte oriental del vallejo se produce por una zona con menor arbolado, pero pronto el sendero gira para buscar un nuevo valle, en este caso el principal de todo el monte, el formado por el río Bayones. El avance hasta el final del mismo es largo pero disfrutando de más y más estampas del bosque. Superado el puente principal volvemos por el otro lado del valle, de nuevo en dirección norte y de nuevo con menos arbolado.

A partir de aquí tenemos diversos cambios de dirección siguiendo las canales formadas por los diferentes arroyos, lo cuales superamos con ayuda de sus correspondientes puentes. En un momento dado pasamos junto a un robusto ejemplar de haya, catalogado dentro del listado de árboles singulares de Cantabria. Tras superar una zona algo más abierta y con mejores perspectivas acabamos desembocando en una amplia pista que tomamos hacia la izquierda, en su descenso. Desde aquí nos quedan unos 3 kilómetros de avance hasta la zona de esparcimiento en donde dejamos nuestro vehículo. Este último tramo coincide con el de la ruta del Haya Corba, ya descrita hace tiempo en este blog.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-111. En el momento de realizar esta ruta se encuentra muy bien señalizado y además no hay muchos cruces y el sendero principal es muy evidente. De hecho, de ello se deriva un problema secundario, y es que por la zona se realizan carreras de montaña lo cual conduce al desgaste de la senda, con varias zonas resbaladizas y embarradas. En todo caso nada insuperable (en un punto encontré un árbol caído que exigía un esfuerzo algo mayor).

Podemos acortar la ruta aproximadamente un kilómetro (entre ida y vuelta) llevando nuestro vehículo hasta el cruce principal. No obstante no tengo claro hasta que punto esto está permitido y ello nos impide realizar el calentamiento previo antes de afrontar las primeras rampas.

Evidentemente, el lugar es adecuado para realizar una comida campestre al final de la ruta, si bien en determinadas épocas puede resultar complicado encontrar espacio.

Track de la ruta (pinchar en el círculo verde para acceder a más información)



Vídeo con imágenes del recorrido

martes, 1 de octubre de 2013

Ruta de senderismo: El monte AÁ

Aparte de alguna ruta costera que os he mostrado en los artículos anteriores, este año he podido realizar unas pocas rutas senderistas que os iré describiendo en las próximas semanas; espero que os gusten.

Pese al secular proceso de deforestación y alteración que han sufrido las comarcas más cercanas a la costa cántabra, aún existen muchos ejemplos extraordinarios de bosque autóctono, bastantes de los cuales ya han aparecido en este blog. Uno de los más interesantes es el monte Aá, en el municipio de Ruente, caracterizado por la robustez de sus ejemplares. Además el recorrido por el monte Aá nos da acceso a la sierra del Escudo de Cabuérniga, un interesante balcón sobre la costa occidental.

Dificultad: Alta
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 5 horas y 21 km

Situación.

Desde Santander se toma la A-8 en dirección a Oviedo. Tomamos la salida de Villanueva de la Peña y seguimos hacia este pueblo cruzando el rio Saja. Cubrimos los 5 km que nos separan del puente de Santa Lucía atravesando el municipio de Mazcuerras. Ya en este puente seguimos la carretera que remonta el Saja y pronto llegamos a Ruente. Tomamos el camino que surge justo después de dejar detrás el pueblo. En sus primeros metros está asfaltado. Dejamos el coche precisamente cuando termina el asfalto, justo después de cruzar el arroyo de Monte Aá.




Puntos de Interés

Arroyo de Monte Aá. Bosques caducifolios. Vistas del municipio de Ruente y la costa occidental.

Descripción de la Ruta

Desde el lugar indicado nacen tres caminos. Tomamos el de más a la izquierda, el más cercano al arroyo que será nuestra referencia en la primera parte del recorrido. Avanzamos en ascenso muy suave por una amplia pista bordeando prados y cabañas más o menos modificadas.

Rechazando todas las derivaciones pronto entramos en una zona de puentes que atraviesan el bello arroyo. En esta zona ignoramos un camino muy amplio que asciende por la ladera izquierda. A partir de aquí la sensación de bosque va aumentando, con un arbolado variado en donde los robles llevan la nota predominante.

Hacia el kilómetro 2 y medio la pendiente va aumentando y pronto llegamos a una primera revuelta (ignoramos un camino secundario que sigue el río) y nos vamos alejando del cauce. Una serie de curvas nos permiten ganar altura sin demasiadas dificultades tras lo cual tenemos un largo tramo hacia el noreste.

Entramos en una zona de árboles especialmente robustos, y precisamente en la revuelta que da fin a este tramo existe una derivación por un evocador sendero de unos 500 metros que nos conduce a un espectacular roble de 12 metros de perímetro en la base. Muy cerca encontramos el haya “el jabalí” y otro antiguo roble aún más emblemático, el Roble Cubilón. Se trataba de un inmenso roble, probablemente milenario, de 15 metros de perímetro en la cepa. Hasta finales de los años 80 permaneció en pie, con su tronco totalmente hueco. Se dice que en su interior cabían dos vacas tudancas y que su fama era tal que Napoleón llevaba una bellota suya engarzada en oro.

De regreso a la pista (también se puede dejar la derivación para el regreso) seguimos avanzando en un largo tramo en el que la pendiente se suaviza hasta casi desaparecer. Este tramo termina en un cruce en el que se ha de seguir hacia la derecha, dejando la pista principal, aunque el que seguimos sigue estando perfectamente definido. Desde aquí comienza la parte más empinada del ascenso, con un largo tramo que se hace especialmente duro.

Tras el fin de la tortura vemos que el arbolado se va haciendo cada vez menos espeso hasta finalmente desaparecer. Con ello podemos disfrutar de muy buenas vistas del bosque recorrido y de todo el valle del Saja. Continuamos en todo caso ascendiendo hasta llegar a un pequeño rodal donde encontramos otro cruce donde volvemos a desviarnos, esta vez hacia la izquierda. Ello nos permite seguir ascendiendo por la ladera hacia una línea cimera que ya se intuye cercana.

Recorremos el último tramo de camino hasta llegar a un vallado, ya en el cordal de la sierra del Escudo de Cabuérniga. Lo superamos gracias a una escalera destinada a tal efecto y giramos hacia la derecha. Seguimos el cordal, lo cual se hace algo dificultoso debido a las rocas existentes y a un suelo con alto contenido en turba.

Nuestro objetivo es un pico marcado con una cruz. En este tramo tenemos unas vistas muy buenas de la costa occidental, en la que destaca la ría de San Vicente. Lamentablemente el día que yo lo realicé la niebla empezaba a descender y las fotos no quedaron bien. Una vez completada la ascensión, no queda más que afrontar el regreso por el mismo camino.

Comentarios

 Ruta relativamente dura por su longitud y sus 650 metros de desnivel principal. El caminar por pista clara y en general con poco desnivel la hace más llevadera. Por otro lado, con un coche normal podemos avanzar bastante por la pista inicial.

La excursión se puede limitar al acceso a la zona de los árboles singulares, a unos 500 metros de altitud, con lo que se queda en unos 11 kilómetros (ida y vuelta). También se puede volver por otra pista que recorre el otro lado del valle. De hecho este recorrido alternativo es utilizado con frecuencia por los aficionados a la bici de montaña.

Descarga esta descripción en pdf

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para acceder a más información)



Vídeo con imágenes del recorrido


martes, 24 de septiembre de 2013

Ría y cabo de Ajo

Hoy os presento el tercero y último de mis paseos costeros en este año 2013. Transcurre por la ría y Cabo de Ajo. 
En las imágenes del vídeo podréis ver el semiabandonado edificio del monasterio renacentista de San Ildefonso, diversas tomas de la ría de Ajo (formada por el río Campiazo), y el entorno del cabo de Ajo. En este último tramo podemos descubrir algunas oquedades naturales formadas por el viento y el mar; Punta del Rostro, el punto más septentrional de Cantabria, y el faro de Ajo.

La ruta se puede realizar a pie y no es muy larga, pero hay muchos puntos en los que es muy difícil orientarse si no se dispone de GPS. Si alguien quiere más información no tiene más que pedírmela.


jueves, 12 de septiembre de 2013

De la playa de Loredo a la Playa de Langre

Hoy os muestro el segundo de mis paseos costeros del presente año. Dejamos el coche en el aparcamiento de la Playa de Loredo, que forma una continuidad con el puntal del Somo. De frente tenemos buenas vistas de Santander, con la isla de Mouro y la península de la Magdalena en primer término. También se observan los grandes buques que esperan su turno para entrar en la bahía.

Desde la playa o bordeando el camping encontramos un sendero paralelo a la costa en dirección este. Los primeros metros transcurren entre las dunas que caracterizan a esta playa. Tras pasar por la playa de los tranquilos vemos enfrente la Isla de Santa Marina. A partir de aquí empezamos a ganar altura de modo que a nuestra izquierda vemos observando acantilados cada vez más espectaculares. Numerosas aves marinas pasan cerca de nosotros.

Caminando entre praderías y tras un giro observamos los acantilados de la zona de Galizano alcanzamos la parte superior de la playa de Langre, probablemente la más espectacular de Cantabria. El sendero nos conduce hasta el acceso a dicha playa para los vehículos.

Para el regreso rápido podemos tomar las carreteras en dirección oeste, seleccionado en los cruces la pista más marcada. Ello nos permiten retornar a Loredo de forma más rápida completando el circuito en unas dos horas. En definitiva recorrido sencillo salvo las precauciones que hemos de tomar en la zona de acantilados.

Os pongo las fotos en formato vídeo:

martes, 3 de septiembre de 2013

De la playa de la Maruca al panteón del Ingles

Pues no, este blog no está muerto. Por diversas razones con las que no voy a aburriros el número de entradas publicadas aquí se ha reducido drásticamente, y probablemente así seguirá en adelante.

Pero mientras tanto, durante las próximas semanas voy a iros publicando fotos y comentarios de las pocas salidas que he hecho los últimos meses. Y empezamos por una de las zonas que tengo más en el tintero, la franja costera, y más en concreto por el pequeño tramo, de unos 4 kilómetros, que separa la Playa de la Maruca del llamado Panteón del inglés.

La playa de la Maruca es una pequeña cala, dentro de una pequeña ensenada, perteneciente al municipio de Santander, y por ello bastante visitada en verano. En uno de los extremos de la ensenada tenemos el Centro de Interpretación del Litoral, gestionado por el Ayuntamiento de Santander, ubicado sobre los restos de una antigua batería defensiva.

Caminando en dirección Este tenemos una sucesión de zonas rocosas sobre las que golpea el Cantábrico. También pasamos junto a una sede del Instituto Español de Oceanografía y la minúscula Playa del Bocal. El recorrido termina junto a una zona de acantilados y el llamado Panteón del Inglés. Es un pequeño edificio al borde del acantilado que José Jackson Veyán mandó levantar en memoria de un amigo ingles a finales del siglo XIX. 

Desde el Panteón se observa perfectamente el Faro de Cabo Mayor, que queda apenas a 1 km de distancia. No obstante en principio entre medias existe un campo de tiro, por lo que ante la duda decidí darme la vuelta.

A continuación os muestro una serie de imágenes en formato vídeo, para no saturar el artículo de fotos: