martes, 19 de noviembre de 2013

Ruta de senderismo: Acebal de Abiada

Ruta bonita y no especialmente dura por una de las mejores manchas de bosque autóctono que permanece en Alto Campoo. Se realizó a finales de agosto. Seguro que en el momento de escribir estas líneas el paisaje está cubierto de blanco.

Dificultad: Media
Orientabilidad: Buena
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas y cuarto y 11 kilómetros

Situación

La ruta comienza desde el pueblo de Abiada. Para llegar a este lugar tomaremos la A67 hasta Reinosa y desde allí la carretera que se dirige hacia Alto Campoo. A unos 12 kilómetros de Reinosa se encuentra el cruce que hacia la derecha conduce a Abiada y Hoz de Abiada. En el entorno de la iglesia tenemos una buena zona de aparcamiento.

Puntos de Interés


Casas de Abiada. La Cagijona de Abiada. Prados y ganado. Vistas sobre la sierra del Cordel. Hayedo de Abiada. Acebal de Abiada.

Descripción de la Ruta


A los poco pasos cruzamos un arroyo y llegamos a un amplio espacio donde se encuentra el cartel explicativo de la ruta. Desde aquí tomamos la calle más hacia la derecha, que sigue paralela al arroyo. Vemos buenos ejemplos de casa campurriana a medida que ascendemos hacia la parte alta del pueblo. En unos minutos dejamos atrás las casas y el asfalto y cruzamos una gran portilla ganadera.

Seguimos ascendiendo por grandes praderías ocupadas por vacuno de carne. Ignoramos un primer desvío a la derecha y luego otro que termina junto a una nave ganadera. Desde este segundo cruce se baja un poco para cruzar un arroyo, se ignora una pista que desciende por la izquierda y se llega a un nuevo cruce. El camino de la derecha es por donde sigue el recorrido mientras que por el de la izquierda realizaremos el retorno.

Las praderas de montaña van dominando el entorno. De frente tenemos la potente sierra del Cordel, cuya cima supera los 2000 metros. Pasamos otra portilla y seguimos ascendiendo hasta llegar a un cercado. A nuestra izquierda empieza a aparecer el cerrado hayedo de Abiada, adornado con muchas otras frondosas, entre las que se encuentran los poco frecuentes abedules. Desde el cercado la pista no obstante se acerca algo más hacia la ladera de la derecha. 

Entramos en una zona dominada por el tojo en la que ignoraremos un camino que asciende más hacia la derecha. Al poco, coincidiendo con el fin de la pendiente ascendente, empiezan a aparecer los primeros macizos de acebo, semejantes a hogueras de intenso color verde oscuro. El camino, a medida que empeora, vuelve a recuperar el centro de un valle que cada vez es más estrecho. Aquí y allá aparecen estupendos ejemplares de haya.

El camino termina junto a una nueva portilla ganadera tras la cual continúa un serpenteante sendero bastante definido. Cruzamos un arroyo y entramos en la zona del acebal. Tupidas agrupaciones de acebo, que por momentos forman grandes setos que rodean al caminante. A los lados podemos contemplar los pies, en los que se pueden ver algunos que rondan el metro de perímetro. 

El tramo más compacto del acebal apenas ocupa unos centenares de metros y termina en una gran pradera conocida como Prao Nestosa. Desde aquí tenemos varias alternativas: Continuar de frente para subir hasta la estación de Brañavieja por un bonito sendero, volver por el mismo camino o emprender el regreso alternativo junto al río Guares y el hayedo.

Nos decidimos por esta última opción que resulta sin duda interesante, pero también incómoda. Durante la misma tomaremos como referencia el río siguiendo senderos poco definidos formados por el tránsito del ganado. En los siguientes párrafos explico a grandes rasgos el trazado que seguí yo, aunque no puedo garantizar que sea el mejor.

Al poco de avanzar por el prado encontramos un cartel orientativo que nos encamina a cruzar el río. Al otro lado encontramos los primeros senderos trazados por el ganado a través de la tupida y variada masa vegetal. Las hayas sin duda son dominantes, pero en esta fecha de finales del verano nos llaman a atención los serbales de los cazadores, cuajados de sus rojos frutos.

Prestando atención a cada paso cruzamos de nuevo el río y seguimos unos senderos que se alejan un poco de su curso hacia las cercanías de unos maltratados cercados de piedra. Luego volvemos a acercarnos al río en una zona en donde se encajona algo. Manteniéndonos en las proximidades del mismo acabamos llegando a un tramo con un camino más claro, que transita entre las hayas. Este camino termina separándose de nuevo del cauce y salva un arroyo que desciende por el lado derecho, en las proximidades de un tendido eléctrico.

El camino continúa paralelo al tendido, pero nosotros, una vez salvado el arroyo, volvemos a acercarnos al río manteniéndolo en todo momento como referencia. A partir de aquí tendremos que pelear un tanto con los arbustos espinosos mientras intentamos escoger los mejores senderos. A veces, para nuestro alivio, pasamos entre algunas hayas. Con estos patrones el sendero termina junto a una pista justo en el punto en el que la misma salva el río, el cual no hemos de cruzar. 

Metros después del puente se encuentra una zona encajonada en donde se encuentra el pozo y cascada de la Ureña. Resulta peligroso y complicado observar el salto de agua así que seguimos el camino, siempre en el lado izquierdo del río. Tras ascender un poco llegamos en unos momentos al cruce que reseñamos en el principio de la descripción.

Comentarios

El recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PR-S-81 (más información aquí). La señalización es escasa pero tal vez suficiente. Es relativamente sencillo si se realiza el retorno por el mismo camino, con unos 350 metros de desnivel. El retorno junto al río es un poco pesado pero creo que merece la pena. Es probable que por el otro lado del río se ande mejor entre las hayas, aunque también es probable que los senderos sean menos claros (o que incluso no haya) y por momentos la pendiente sea más acusada.

Sin duda esta ruta mejorará mucho en pleno otoño, por la variedad cromática de los árboles de hoja caduca, los prados más verdes y los frutos de los acebos. Por el contrario, los caminos pueden estar más embarrados por el paso del ganado y el cruce de ríos y arroyos puede ser más complicado.

Desde Abiada empiezan algunas rutas montañeras para emprender el duro ascenso a la sierra del Cordel. Mucho más fácil es acercarse a la gran cajiga del pueblo, que se encuentra prácticamente en el casco urbano.
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Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)


Vídeo a partir de fotos de la ruta

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