Siguiendo nuestros rápidos periplos por los valles de Liébana, recorremos el formado por el río Bullón, con el municipio de Pesaguero en la parte alta y el de Cabezón de Liébana en la parte baja. Sin duda el monumento artístico más importante de todo este valle es la iglesia románica, antiguo monasterio, de Santa María la Real de Piasca.
El primer documento sobre la iglesia es de 930. En 941 se produce un pacto por el que el monasterio se constituye como monasterio dúplice. En 1078 es abandonado por las monjas que se trasladan a San Pedro de Dueñas (León). En 1122 pasa a depender de San Facundo y San Primitivo de Sahagún (León).
El siglo XII es el de mayor esplendor del monasterio, atendiendo a documentos de donaciones. Es en esta época, 1172, cuando se levanta la iglesia que ahora contemplamos. En el siglo XIII los dominios se extienden por todo el valle de Pesaguero y parte de los valles cercanos. Destacan en este templo las tallas de sus portadas, realizadas por el maestro Covaterio. De aquí procede el cantero Juan de Piasca, maestro de la sublime galería porticada de Rebolledo de la Torre (Burgos).
Vista de la iglesia y antiguos edificios dependientes. El pueblo como tal queda a la derecha.
Edificios de acceso inundados de flores.
Fachada principal.
Detalles.
Fachada sur, que daba paso al claustro, cuyo perímetro está hoy en día señalado.
Otros elementos.
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