El valle de Villaverde es un enclave cántabro en territorio vizcaíno. Su apartada ubicación hace que los caminantes vengan poco por estos pagos. La ruta que aquí describimos transita por el Monte Tejea, que da cobijo al nacimiento del río Agüera, el más oriental de los grandes ríos cántabros, desembocando en el bello entorno de la playa de Oriñón. Entre los múltiples atractivos del recorrido tenemos la curiosidad de que pasa por tres comunidades autónomas: Cantabria, País Vasco y Burgos.
Dificultad: Alta
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media
Belleza: Muy Alta
Tiempo y distancia: 20 kilómetros y seis horas
Situación.
Desde Santander tomaremos la A-8 en dirección Bilbao hasta la salida 160 en dirección a Guriezo. Durante 30 kilómetros seguiremos la carretera que remonta el valle del río Agüera, pasando por el municipio de Guriezo, el municipio de Trucios en Vizcaya y Villaverde; muriendo en un cruce, muy cerca del Ayuntamiento. En la nueva carretera seguiremos hacia la derecha pero apenas 200 metros más adelante la dejamos por la izquierda para tomar el carreteril secundario que en dos kilómetros y medio nos llevan hasta Mollinedo. Dejaremos el coche junto a la iglesia, en donde existe espacio para aparcar unos pocos coches.
Puntos de Interés
Curso de río Agüera. Robledales y hayedos del monte Tejea. Valle alto del Agüera. Ermita de San Sebastián de Kolitza. Vistas sobre el valle de Mena.
Descripción de la Ruta
Junto al aparcamiento existen unos carteles explicativos de la ruta de hoy, si bien nosotros haremos una importante ampliación. Empezamos a caminar por la pista que continua a la derecha de la entrada de la iglesia. Unos pocos metros después llegamos a un cruce en el que tomamos la opción derecha. El río desciende cantarín a nuestra izquierda.
El asfalto termina unos metros más adelante junto a la estación potabilizadora de agua. A partir de aquí comienza el camino. El río baja a nuestra izquierda formando abundantes saltos de agua, si bien la mayor parte de ellos tienen un acceso difícil para hacer fotografías. Instantes después nos alejamos algo del río pero dejamos atrás un cruce que asciende directamente por la ladera. A partir de aquí volvemos a descender hasta un nuevo cruce. En lugar de seguir por derecha o izquierda seguimos de frente, lo que nos obliga a vadear el arroyo del barranco del Cuchillo. Al otro lado encontramos una alegoría de la antigua actividad carbonera de la zona.
En el siguiente tramo nos veremos obligados a vadear el río y arroyos secundarios en varias ocasiones, lo cual resulta un poco más complejo en periodos húmedos. Como referencia deberemos tener en cuenta que a partir de aquí el límite entre Cantabria y Vizcaya viene definido por el curso del río.
Cuando llevamos unos dos kilómetros y medio de avance llegamos a un marcado cruce en el que seguiremos por la derecha. Con ello nos alejaremos del río e incrementando la pendiente. Si hasta ahora nos hemos centrado en la visión del curso de agua ahora podremos fijarnos en el valioso robledal que nos rodea y que constituye el monte Tejea.
Si hasta ahora las señas amarillas y blancas del PR han sido importantes, a partir de aquí son fundamentales para elegir el sendero correcto. En torno a los quinientos metros de altitud empezamos a ver las primeras hayas, algunas de muy buen porte. Poco después el bosque empieza a clarear y tras seguir al sendero en un nuevo giro a la derecha salimos del arbolado.
Las estacas que señalizan el sendero buscan una pequeña arista del valle y una vez en la misma continúan el ascenso por la misma. De hecho estamos afrontando el tramo más duro del recorrido. A nuestra derecha tenemos una buena perspectiva del valle y las diversas formaciones rocosas que lo separan del mar y a la izquierda vemos el bosque, que en estos inicios de mayo está empezando a desarrollar su foliación, con un aspecto que recuerda en cierto sentido a los matices otoñales.
Por encima del bosque vemos la mole oscura del pico Burgueño, que apenas supera los 1000 metros pero que por estos pagos parece mucho más alto. El Burgueño forma parte de los montes de Ordunte, que hacia el oeste terminan en la loma ocupada por la ermita de San Sebastián de Kolitza, que representa el hito principal del recorrido de hoy.
En la cota 700 alcanzamos la arista principal. Hacia la derecha será por donde descendamos en el regreso pero ahora seguimos ascendiendo. Pasamos junto a una trinchera de la guerra civil y un pequeño área de descanso. El sendero como tal termina junto a una agrupación de mojones, que supone la entrada en territorio del país Vasco. Estamos en los Ilsos de Ribacoba.
Sin embargo, con un poco de atención veremos un marcado sendero que asciende suavemente por la ladera del Burgueño en la búsqueda del cordal de los montes de Ordunte. El ascenso se extiende durante algo más de un kilómetro, alternado zonas despejadas y otras boscosas. Estamos a poco más de 800 metros.
Ahora acabamos de entrar en la provincia de Burgos, en su límite con el País Vasco. Frente a nosotros se abre el precioso valle de Mena, cerrado por la muralla de los Montes de la Peña. Llama la atención también la alineación de montes que forma el diapiro central del valle de Mena.
Seguimos hacia el este en dirección a la ermita. Avanzamos por un camino relativamente ancho. Unos ochocientos metros después una pequeña acumulación de piedras nos indica un pequeño sendero que nos permite llegar de forma más directa. En realizar se trata de un pequeño tramo del GR-123, que bordea la provincia de Vizcaya. Aunque el avance es un tanto incómodo, el paraje es muy bonito. Son unos ochocientos metros hasta un collado de gran simbología para el que suscribe, pues de trata del punto más norteño de toda la provincia de Burgos.
Junto a nosotros se encuentra, ya en Vizcaya, un refugio y un área recreativa. A los mismos llega una pista. Tan solo unos doscientos metros por encima, en una ubicación ciertamente emblemática, se encuentra la ermita de San Sebastián de Kolitza. Con un pequeño esfuerzo alcanzamos el templo, desde el que se disfrutan amplias vistas de buena parte de la provincia vizcaína y el oriente cántabro, incluyendo algunas franjas de mar. Es uno de los cinco montes bocineros desde los que, encendiendo hogueras, se citaba a la junta general del señorío de Vizcaya hasta el siglo XV.
De vuelta al collado (un buen punto para tomarnos un breve o prolongado refrigerio) podemos volver por el sendero, pero es mejor opción tomar el camino que bordea por el sur la humilde elevación del Terreros. A lo largo del mismo tendremos unas excepcionales vistas del valle de Mena, y en especial de los bosques y embalse de Ordunte. Este camino nos conduce de nuevo al punto del cordal en el que con anterioridad ya estuvimos. Desandamos lo andado en la búsqueda del sendero que recorre la cara sur del Burgueño hasta los Ilsos de Ribacoba y el cruce anteriormente indicado.
De nuevo junto a las indicaciones del PR Cántabro, seguimos la arista que a su vez es límite entre Cantabria y el País Vasco. No descendemos de forma notable sino que debemos afrontar diversos repechos entre praderías. Llegamos a una amplia e interesante replantación de abedules, que debemos bordear. Un tramo después, siguiendo las señales que nos hacer ir un poco más hacia la izquierda, observamos un fuerte descenso y un pinar. Llegando a este último seguimos un camino que lo atraviesa y que tras un corto pero duro ascenso llega a una bifurcación.
En la misma seguimos por la derecha dejando atrás el pinar e iniciando definitivamente el descenso. Atravesamos unas amplias praderías en las que el camino traza dos amplias curvas (es posible ganar terreno campo a través). En todo caso seguimos este camino en su pronunciado descenso, rechazando otras alternativas, hasta llegar a una especie de cantera que dejamos a la derecha.
En la base de la misma llegamos a una bifurcación. Hacia la derecha enlazaríamos con el sendero original, justo antes del vadeo del arroyo del barranco del cuchillo. Nosotros preferimos continuar por la izquierda, por un camino que sin excesivas novedades desemboca al cabo de unos dos kilómetros en una carretera, muy cerca ya de Mollinedo. Para ello debemos seguir la carretera unos metros hacia la derecha.
Comentarios
La ruta se corresponde en buena medida con el sendero de pequeño recorrido PR-S129. Podéis encontrar interesante información en esta web. La señalización es bastante buena, si bien en el tramo boscoso la utilización de árboles hace que esta se vaya difuminando con mayor rapidez. Además por el bosque hay algunos puntos algo confusos, especialmente en la parte más alta.
Si se emprende el recorrido en periodo húmedo hay que tener en cuenta tanto el vadeo de las corrientes de agua como el barro que cubre buena parte del recorrido, con lo que es preciso llevar puesto un buen calzado. Por lo demás el recorrido, aunque largo, no es especialmente duro, pues los ascensos se llevan a cabo de manera paulatina y en ningún momento se superan los 900 metros.
Track de la ruta (pulsar en el triángulo verde para más detalles)
Track de la ruta (pulsar en el triángulo verde para más detalles)
Presentación de fotos.
Vídeo con Vistas desde Kolitza
Y la pregunta es ¿por que hay un enclave cantabro en tierras vascas? siempre me ha intrigado semejante cuestion
ResponderEliminarEsta cosas, creo yo, suelen provenir de la distribuciónde propiedades entre la nobleza y el clero en la edad Media. Si un señor tenía muchas tierras en lo que hoy es Cantabria y tambien tenía el Valle de Villaverde, a la hora de crear las provincias podía optarse por no partir dichas propiedades en dos provincias dferentes.
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