Siempre me ha llamado la atención el apego que tienen muchos cántabros a las fuentes populares o tradicionales que existen en algunos lugares. No estoy hablando de ponerlas bonitas o de echar un trago siempre que hay ocasión, no, que eso nos gusta a todos y a mí el primero. Hablo de ir con el coche abarrotado de garrafas para llenarlas en la fuente con supuestas propiedades medicinales y negarse a utilizar el agua del grifo.
Y eso que, pensándolo un poco científicamente, estas fuentes no tienen control sanitario y aguas arriba se encuentra muchas veces una explotación ganadera, si no algo peor. Por ejemplo la fuente que muestro en la imagen, situada entre Vargas y Puente Viesgo, no tiene un aspecto muy alentador, y sin embargo raro es el momento del día que no veamos un coche aparcado listo para transportar el preciado líquido.
Pero como digo muchos cántabros prefieren aferrarse a sus tradiciones antes que fiarse de informes técnicos (Un actitud muy de aquí). Este es el caso de un barrio del pueblo de Viérnoles, que tanto se han empeñado que han conseguido que se trate el agua del manantial en lugar de ser conectados a la red general.
Es una observación que no me queda más remedio que corroborar, yo soy uno de los que va con las garrafas a la fuente real a por agua, y es una fuente preciosa de la que yo me encargo de mantener más o menos limpia pues hay mucho indeseable que solo va a dejar basura.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por dejar un comentario. Aprovecho para decirte que por alguna razón no puedo ver las imágenes en tu blog.
ResponderEliminar