Se propone hoy un breve paseo, ya adelantado en el anterior post, de alrededor de 4 kilómetros entre ida y vuelta, para acceder a la zona de cavidades de interés arqueológico existentes en la localidad de Ramales de la Victoria. Podremos igualmente tener una primera impresión de la accedentada geografía de esta zona de Cantabria, plagada de grandes peñas muy kartificadas y valles relativamente profundos. El sendero remonta un tramo del arroyo Calera, al otro lado de la N-629 de ascenso al puerto de Los Tornos.
Pasado el cuartel de la Guardia Civil y antes de la gasolinera, enfrente de la Cruz Roja, tomamos la calle que nace a la izquierda, punto en el que buscaremos aparcamiento. Al principio esta calle es ancha, pero que se va estrechando paulatinamente, a medida que vamos escogiendo siempre en los cruces la opción más central, con tendencia a la derecha. La calle finaliza muy pronto y rápidamente abandona el pueblo, pasando a ser un camino asciende con un vallado de urbanización de chales a un lado y la ladera rocosa y con pequeñas encinas al otro.
El paisaje aparece presidido por la mole de la Peña Mortera, casi de frente. Al poco la panorámica se abre, dando paso a un vallejo en donde se vislumbran las primeras oquedades, a la izquierda, y el río Calera a la derecha. Unas escaleras permiten el acceso a la entrada de la Cueva La Haza (no visitable) y unos cientos de metros después podemos ver, bastante por encima de nuestra posición, la entrada a la cueva del Mirón, que tampoco es visitable.
Al cabo de unos 15-20 minutos de avance llegamos a una plataforma superior, en la que existe un mirador, y a continuación el aparcamiento para los que suben a Covalanas en coche. Desde aquí un empinado sendero, que dibuja una serie de zig-zags, nos permite llegar al balcón en el que se abre Covalanas. Durante el ascenso, en sendas curvas, podremos tener una nueva perspectiva de la cueva del Mirón y de la llamada pared del Eco, en la que se abre una oquedad conocida como Cuevamur, formando una de las estampas más fotografiadas de la zona.
En el descenso, justo antes de llegar al aparcamiento, podemos tomar un sendero hacia la izquierda que nos permite tener una visión de la pared del eco desde la parte inferior. Este sendero constituye el inicio del ascenso a la Peña del Moro, de 780 metros de altitud; recorrido propuesto con el número 59 en la publicación que me sirve como referencia, pero lo cierto es que algunos kilómetros más adelante el avance se hace muy complicado debido a las recientes plantaciones, valladas, de eucaliptos.
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