miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ruta de senderismo: El vallejo Rucandano

Aunque no se puede decir que le haya sacado mucho jugo al paisaje otoñal, al menos pude realizar en el momento adecuado la ruta que hoy os presento.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media
Belleza: Alta
Tiempo: 4 horas (13,5 KM).


Situación.
Desde Santander tenemos dos opciones. Por la A-67 podemos llegar a Reinosa y en este punto Tomar la carretera C-6318, que circula por el lado norte del embalse del Ebro, durante unos 15 kilómetros. Poco antes de llega a La Población tenemos el cruce a mano Izquierda que nos lleva en unos dos kilómetros al pueblo de Lanchares. Otra opción, que es más recomendable si vamos desde Burgos, es seguir la N-623 hasta la base del puerto del Escudo. Desde aquí, tras pasar por Corconte y La Población, llegamos en poco más de cinco kilómetros al punto indicado.

Puntos de Interés
Vistas sobre el embalse del Ebro. Prados. Robles monumentales. Hayedos y robledales. Discurrir por el vallejo Rucandano. Vistas sobre el embalse de Alsa y el Pico Jano.

Descripción de la Ruta

La ruta que se va a describir nos va a permitir hacernos una idea del entorno del embalse del Ebro por su parte norte, con sus prados y sus buenas manchas de árboles caducifolios. También del tránsito desde esta cuenca a la del Besaya, a través del ondulado y muy desgastado perfil de la sierra del Escudo.

Aparcamos el vehículo a la entrada del pueblo, en un punto muy fácilmente identificable al existir dos descomunales ejemplares de Roble. Tas contemplar su estampa tomamos la calle que nace a la izquierda de los árboles, retrocediendo unos metros y avanzamos por el alargado caserío del pueblo por una calle que pasa bajo el edificio de la Iglesia, y un poco más adelante deja a la derecha una casa con portalada.

En este punto el asfalto se convierte en camino y se dirige hacia unos muy cercanos depósitos de agua. El camino pasa junto a uno algo más antiguo y deja a su derecha otro más moderno a su derecha.
Continuamos en una ascensión muy llevadera hasta aproximarnos a un bosque mixto de hayas y Robles, que en un principio parece extenderse por el vallejo que desciende a nuestra derecha y que será por el que discurra el camino de regreso.


Pero en este momento, el camino parece bordear el hayedo por su parte superior, dejándonos contemplar bonitos ejemplares de acebo. Al poco, cambiamos de vertiente y empezamos a descender zambulléndonos sin solución de continuidad en este precioso y umbrío bosque.

Tras un buen tramo de solaz por este recorrido (debemos seguir siempre las indicaciones y el camino más marcado) Llegamos, al cabo de unos 3 km de recorrido total, a un calvero en el bosque en los que el trazado parece difuminarse.


Una señal nos permite localizar la continuación del recorrido, un tanto hacia la izquierda, y convertido ya en una senda. Para ello hemos de cruzar una portilla e internarnos en un fragoso bosque en el que el árbol predominante pasa a ser el avellano silvestre, con su característica configuración en forma de ramilletes.

En realidad, nos estamos internando por el vallejo Rucandano, por cuyo fondo discurre un cauce casi siempre seco (de hecho en varios tramos la senda discurre por el propio cauce), y en su recorrido descendente.
Lo anterior nos ha de servir de referencia para no equivocar la senda a seguir. En especial deberemos evitar la tentación, aproximadamente a unos 500 metros de la portilla, de tomar una senda que sale del vallejo hacia la izquierda.

El bonito trayecto en ocasiones se hace dificultoso debido al barro, pero solventamos sin problemas los aproximadamente dos kilómetros existentes hasta la zona en que el bosque parece desaparecer repentinamente para dar lugar a una pradera en la que aquí y allá nacen aislados arbustos.
Desde aquí podemos ver la imponente mole del pico Jano (de frente) y otra, de menos altura a la derecha.

Tras avanzar unos 200 metros por este paisaje debemos estar atentos para localizar el marcado camino que nace a nuestra derecha. Es posible que aún nos ayude los restos de la antigua indicación que yace en el suelo.

Tomar el nuevo camino implica un giro de casi 180 grados, de modo que podremos contemplar el vallejo por el que acabamos de transitar desde una perspectiva elevada, y maravillarnos del extenso hayedo que se extiende sobre el mismo.
Tal vez sea momento de darse cuenta que este paisaje está amenazado por el proyecto de construcción de la Autopista 2 mares. A nuestra espalda tenemos una vista parcial del Embalse de Alsa, destinado al aprovechamiento eléctrico pero que sirve de apoyo para el aprovechamiento del agua del Ebro por parte de Cantabria.


Poco después al camino gira un tanto hacia la derecha y parece difuminarse en una pradera que nos conduce a otro pequeño bosquete de hayas, pero al alcanzar las mismas vuelve a mostrarse claramente. Este rodal se caracteriza por ejemplares de menor altura pero de mayor grosor, probablemente por un aprovechamiento ganadero más intensivo.

A partir de aquí el recorrido entra en su fase de ascenso más acusado, pero en todo caso no asfixiante, por un paisaje carente de arbolado pero no de belleza. Con el espectacular hayedo siempre a nuestra derecha.
En primer lugar afrontamos un zig-zag y el camino parece difuminarse poco antes de llegar a unas naves ganaderas de cierto tamaño. Para seguir hemos de ir en paralelo a la valla de piedra que surge a nuestra derecha.
Al final de la misma vuelve a aparecer el camino, giramos a la derecha, y llegamos a una especie de collado, a unos 1080 metros desde el que empezamos a ver un valle tributario del embalse de Alsa.

Si miramos de frente sin cambiar de sentido veremos la loma que constituye El Mojón. Ascendiendo hacia el mismo y luego girando hacia la izquierda veremos la marca de un antiguo sendero ahora invadido por los brezos. Continuamos en esta dirección, pudiendo ir en paralelo a la antigua senda cuando deseemos evitar los tramos más espinosos.

Enseguida llegamos a un punto en el que tenemos una gran vista del embalse de Alsa y el Pico Jano, con sendos bosques de hayas y pinos a nuestros pies.
En este punto el camino gira hacia la derecha, cruza una valla por una portilla, y empieza a descender internándose en un nuevo hayedo, por un camino en su primer tramo posiblemente embarrado. De esta manera, habremos bordeado El Mojón por su parte norte.

Este nuevo sendero continúa acompañado por una valla de alambre a su izquierda. Tras unos 300 metros la valla nos abandona en el punto en donde hemos de localizar la señal que nos indica el sendero por el que continuar: Hacia la derecha, en sentido descendente, y acompañados por un cauce, probablemente seco, a nuestra izquierda.
El fuerte descenso nos permite disfrutar de excelentes rincones en este nuevo hayedo. Una cerrada curva, unos 300 metros después, nos sirve para pasar al otro lado del arroyo y enseguida cruzar una nueva corriente.
El paisaje en este lado del vallejo va siendo cada vez más abierto y los robles empiezan a imponerse a las hayas.
Finalmente nos alejamos un poco del cauce y nos acabamos incorporando a un camino, punto en el que podemos disfrutar de nuevo de la vista del embalse del Ebro y observamos el pueblo de Lanchares a poco más de dos kilómetros.

Ya en la parte baja, el bosque nos despide con unos espectaculares ejemplares de roble para dar paso a una zona de prados bastante llana de manera que, siguiendo siempre el camino principal, llegamos al pueblo. Desde aquí basta con que sigamos la calle principal (en su parte inferior) para llegar al punto de partida.



Comentarios

La ruta se corresponde con el número 32 de los senderos de pequeño recorrido de Cantabria. La señalización es en general bastante buena, salvo en el tramo más despejado del recorrido.
Por ello, creo que no es recomendable realizar la ruta con niebla salvo que dispongamos de GPS con el track incorporado (en todo caso en esas
condiciones casi todas las rutas pierden la mayor parte de su interés).
Al final del post, el track de la ruta:



6 comentarios:

  1. Enhorabuena por acercarte a estas tierras tan poco transitadas, pero de gran belleza. Sólo señalar que efectivamente esta zona tiene todas las papeletas para que por aquí pase la Autovía Dosmares, y que concretamente ahí será instalada un área de servicio.
    Qúe cosas..!
    Dos matices :
    -La capital de Campoo ded Yuso no es La Población, sino La Costana.
    -La mayoría de la ruta transcurre por San Miguel de Aguayo, al cual pertenezco, y ya que no le mencionas, aprovecho yo para hacer un poco de patria chica.
    Un Saludo
    Roberto

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  2. Gracias por tus comentarios y perdón por los dos fallos.

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  3. Hola, a la autovia DosMares yo la llamo Desmanes.
    Gracias por la ruta.

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  4. No hay de qué. A ver si hacia abril o así (tal vez antes) puedo retomar mis recorridos y las entradas de este blog.

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  5. julian gonzalez fernandez27 de abril de 2010, 0:27

    Hola soy Cantabro pero vivo en Salamanca , este fin de semana he realizado este recorrido y me ha encantado , saludos a Jesus Gonzalez .. de San Miguel y a Julian Gonzalez .. de Lanchares , en general un saludo a mis paisanos y gracias a la gente que con su generosidad , nos explican estas rutas

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  6. Y gracias a tí por esas palabras. Espero que las explicaciones te resultasen útiles.

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