Desde Villanueva de la Nía podemos seguir la carretera principal, que continúa remontado el Ebro en dirección Norte. Pero antes vamos a echar un vistazo al valle secundario que se sigue extendiendo en dirección oeste, aún bajo el abrigo de los montes de la Lora, que se conoce como Valdelomar y está recorrido por el humilde río Mardancho.
De esta zona el hito turístico más señalado es sin duda la iglesia rupestre de Santa maría de Valverde, posiblemente la más famosa y, junto con la de Olleros de Pisuerga en Palencia, la única que sigue teniendo actividad litúrgica.
Además de por su tamaño relativamente grande, llama la atención por su configuración en una linde de un pequeño montículo (como si fuera la casa de un "hobbit") y con la espadaña separada y en la parte alta del mismo.
Antiguamente la visión era más peculiar, pues sólo el césped separaba la iglesia de la espadaña, pero al parecer era mejor para la conservación del templo la instalación de este armatoste a modo de tejado lo que, por otra parte, nos ha permitido descubrir una necrópolis medieval en su parte superior.
A escasos metros del templo se inauguró no hace mucho un Centro de Interpretación del Rupestre.
Mucho presumen los políticos cántabros de sus maravillas, aunque lo cierto es que esta iglesia está en terreno de Cantabria por menos de 200 metros en línea recta.
Que bonita iglesia y dar las gracias al señor de 92 años que está pendiente de enseñar esta maravilla a la hora que se acerque un viajero por allí
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