Dada la orografía y el hecho de que los principales ríos de Cantabria formen marcadas cuencas desde su nacimiento hasta su desempocadura, éstos tienen una definitiva influencia en la constitución del territorio, de modo que puede procederse a una asociación casi completa entre un río y las comarcas que recorre. El ameno libro "por los ríos de Cantabria", editado por el Gobierno de Cantabria y regalado a muchos colectivos (cómo no), ahonda en estos aspectos. Pero el caso es que, lo que son los propios ríos (y aún más los pequeños arroyos) y hasta donde he podido conocer, muestran en un aspecto tristón y poco atrayente en la mayoría de los casos. Los grandes cauces están preparados para grandes avenidas, pero el propio hecho de no estar embalsados hace que según pasan las grandes lluvias bajen alarmantemente su caudal.
Otro aspecto es la contaminación inorgánica (último tramo del Besaya) y orgánica (multitud de pequeñas explotaciones ganaderas, otro aspecto a mejorar), los olores, la profileración de vegetación, los vertederos incontrolados...No digo que en Burgos no se haga, pero la propia ausencia y dispersión de la población mitiga mucho el problema.
Sé que el Gobierno regional trabaja en este ámbito, pero lo cierto es que el paseo por la vereda de los ríos (salvo unos cuantos casos de condiciones peculiares o en los que ya se ha hecho el esfuerzo recuperador) no suele ser grato.
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